Pequeños tesoros a la venta
Las editoriales ponen al alcance del público libros curiosos y ejemplares difíciles de conseguir en el circuito comercial
La portada del pequeño libro reza: Cómo aprender el vasco fácilmente. Ya en sus primeras páginas anuncia que "no es una gramática", sino "un método vivo" y propone una serie de ejercicios, "para acostumbrar el oído, leyendo en alta voz y cada vez más rápidamente hasta la velocidad normal del lenguaje hablado". En la página 179, los textos, las conversaciones propuestas suben de nivel hasta que el aspirante a euzkaldun be'ri puede profundizar en sus conocimientos recitando un diálogo sobre El solterón americano. "¡Jesús! ¿Tanto han caído los Arbaxtane? Hace unos días otra vez, dícese que fue a la misa primera con una media azul en un pie y negra en el otro", se lee, con su correspondiente traducción al vasco.
Las joyas antiguas de los catálogos pierden cada año espacio frente a las novedades
El método en cuestión, publicado en 1962 por Auñamendi, es una de las curiosidades, rarezas o pequeños tesoros que aún se pueden adquirir en la Feria del Libro y Disco Vascos, a pesar de que este evento evoluciona cada año hacia un espacio en el que prácticamente sólo tienen cabida las últimas novedades musicales y literarias.
A pesar de ser más escasos cada año, estos productos siguen teniendo un público fiel, que generalmente busca un texto concreto con el que completar su colección. "También vienen chicos de 20 años que suelen traer una lista con títulos muy específicos", resume la responsable del puesto de Auñamendi, en el que también se pueden adquirir los últimos ejemplares disponibles del Diccionario biográfico vasco: Guipúzcoa (1963), o de Erronkár'iko uskara, un tratado sobre el euskera del Valle del Roncal, entre otras obras que constituyen el fondo histórico de la editorial.
El recorrido para los amantes de este tipo de textos tiene una parada ineludible en el expositor de la Universidad de Reno, que cada año acude con un catálogo editorial normalmente poco visible en las librerías comerciales. Entre esas obras figura English-Basque Dictionary, "el primer diccionario inglés-vasco de nivel universitario", según explica su autor y uno de los primeros colaboradores de la institución, Gorka Aulestia. "No se encuentra ya en las tiendas", señala mientras sostiene el volumen que él mismo contribuyó a crear a finales de la década de los 50 del pasado siglo.
También están ante una de sus últimas oportunidades de adquirir el volumen que falta en la biblioteca familiar los lectores de los libros editados por el exilio vasco en Argentina bajo el sello de la editorial Ekin, adquiridos para su liquidación por Txalaparta. Media docena escasa de una edición de 1942 de Blancos y negros. (Guerra en la paz), de Arturo Campión, o, siguiendo con los métodos de idiomas, los de Gure aditza: El verbo vasco (1960), integran, junto a los últimos ejemplares de otro puñado de títulos, un catálogo próximo a agotarse, según los responsables de la editorial.
Algunos de las pequeñas joyas expuestas, como los primeros números de la revista de pensamiento Jakin (que ha recibido en esta edición el reconocimiento de los organizadores), no están a la venta. "Éstos ejemplares y sendas copias de nuestro archivo son las últimas que nos quedan", justifica la responsable de la publicación en Durango.
Facsímiles y discos antiguos
Agotadas o desaparecidas las ediciones originales de muchas obras de interés para los aficionados a la historia o a los denominados temas vascos, algunas editoriales han optado por publicar ediciones facsímiles de los textos originales. La propia Asociación Gerediaga, organizadora de la feria, exhibe algunas de estas ediciones, como una reproducción de la revista que editó el Gobierno vasco en 1937 con el fin de rebatir la versión franquista sobre el bombardeo de Durango.
Si el visitante busca con detenimiento entre el aluvión de novedades editoriales, también podrá recrear la sensación de leer obras como Linguae Vasconum Primitiae (el primer libro impreso en euskera, escrito en 1545 por Bernard Etxepare) o las aventuras de Peru Abarka, siempre en un formato que imita el que los libros tuvieron en origen.
Las compañías discográficas agotaron hace ya varias ediciones sus fondos históricos de discos de vinilo. Los aficionados a la música en euskera siguen demandando, sin embargo, trabajos de grupos o solistas de hace 20 o incluso 40 años. De algunos de ellos, como los primeros discos de Oskorri o Errobi, u otros más actuales como Hertzainak y Zarama, se venden cada año un buen número de copias. "Aquí vendemos discos que no se venden a lo largo del año", apunta el responsable de Elkar, Anjel Valdés.
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