_
_
_
_
Crítica:LAS OBRAS COMPLETAS DE UN HETERODOXO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Don Juan en el Rubicón

Javier Rodríguez Marcos

No ha pasado nada, una vez más. Acaba de concederse el Premio Cervantes (a Antonio Gamoneda, que se lo merece) y Juan Goytisolo -que también-, que por vez primera era candidato, se ha quedado en puertas, y sigue horro de todo premio español, pues ni siquiera tiene el de las letras españolas, ni el de la Crítica, ni el Nacional, ni ningún galardón al uso. Sólo los tiene exteriores, el Europalia, el Nelly Sachs o la Fundación Octavio Paz. Además, sigue publicando hoy dos volúmenes más de sus Obras Completas -que él llama "incompletas", pues tiene derecho a hacerlo, y ejerce su control, expulsando algunas, como El circo, o modificando otras, como Problemas de la novela o Furgón de cola- y nos concede en estos dos nuevos tomos la historia ya definitiva de su obra, y el testimonio de cuando en verdad cruzó el Rubicón desde su "prehistoria" hasta cuando alcanzó su auténtica voz literaria de manera total.

OBRAS COMPLETAS. Volumen II (Narrativa y Relatos de viaje, 1959-1965) y volumen III (Novelas, 1966-1982)

Juan Goytisolo

Edición y prólogos del Autorgalaxia Gutenberg/Círculo de lectores. Barcelona2006

818 y 1.120 páginas 50 y 55 eurosrafael conte al cuidado de antoni munné respectivamente

Más información
"Me exijo como autor lo mismo que exijo a los demás autores como lector"

En el primer volumen, aparecido el año pasado, reunió sus primeras novelas, imperfectas todavía, productos de sus lecturas juveniles, pero que contenían en germen sus dotes incontenibles de narrador incansable con una prosa incorrecta, producto de traducciones infumables y estilos foráneos, pero ya rebeldes desde el principio, que ha hecho bien en reunir a pesar de todo. Su prosa no era todavía la de un gran escritor, pero anunciaba que lo iba a ser, con el tiempo, a base de lecturas -sobre todo de los clásicos- y de reflexiones sobre temas lingüísticos, de lo que ahora empezará a dar testimonio definitivo en estos dos nuevos volúmenes.

El tomo II, que contiene la

narrativa y relatos de viaje publicados entre 1959 y 1965, encierra los siguientes títulos Para vivir aquí, Fin de fiesta, la novela corta La isla (que iba a ser un guión de cine) y los libros de viaje La Chanca, Campos de Níjar y su excursión cubana Pueblo en marcha revisado, pues su opinión sobre la revolución castrista iba a cambiar del todo hasta el punto de suprimir un capítulo entero de su siguiente novela, Señas de identidad -feliz expresión que hizo fortuna- y que titulado Pausa de otoño, se incluye aquí como apéndice. Y el volumen III, que integra cinco novelas, las de la Trilogía del Mal (o de Álvaro Mendiola) donde ya da el salto del Rubicón al que me he referido -Señas de identidad, Don Julián y Juan sin Tierra, más Makbara y Paisajes después de la batalla, publicadas entre 1966 y 1982. Con lo que la labor de limpieza y depuración de su obra se cierra para abordar caminos más universales y que todavía siguen abiertos.

Sin embargo, este "paso del Rubicón" merece cierto detenimiento, porque muestra la maestría textual a la que ya había llegado -sobre todo en Don Julián, su obra maestra en este sentido- y su dispersión anterior y posterior: primero en sus relatos y viajes anteriores, como en sus recuerdos de las milicias universitarias en Fin de fiesta y Para vivir aquí, sus viajes por Almería y el descubrimiento del turismo corrompido en La Chanca y Campos de Níjar, que culmina en el realismo behaviorista de La isla, que no pudo ser la película que se proyectó como tal. De todas formas, fue en la redacción de Señas de identidad -y la depuración tras la supresión del capítulo cubano en la segunda edición, que supuso su alejamiento de la revolución castrista a partir del caso Padilla- cuando su salto del Rubicón se manifestaría de manera total. Pues el camino de Goytisolo se manifestó como una rebelión total, como una búsqueda de la heterodoxia sin fronteras, que pasaría por una serie de herejías sin abandonar ninguna. Y así, vendrían después sus memorias, sus incursiones en el mundo árabe, en su lengua y cultura -La cuarentena-, en la cristiana -Virtudes del pájaro solitario-, la marxista -La saga de los Marx-, la asunción de la anonimia colectiva en El sitio de los sitios o la parodia satírica y clásica de Carajicomedia, hasta el abandono final de Telón de boca, en el que la pérdida de su esposa Monique Lange le indujo a abandonar toda ortodoxia.

Bien, ya tenemos los tres primeros tomos, de un total de siete que todavía están abiertos hacia el futuro, cuando su autor, a los 75 años, sigue en plena actividad, ejerciendo su mirada vigilante, en busca de nuevas rebeldías y heterodoxias, tras abandonar su cultura, su sexo, sus ortodoxias, abducido por el islam, por Genet y por otros modelos que rechaza, en busca de otros "antimodelos", de los que él mismo resulta ser un "contraejemplo" verdaderamente "ejemplar".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_