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Reportaje:APUNTES

Universitarias por contrato

El club de voleibol femenino Universitat de València, el único académico en la Superliga española, exige a sus jugadoras que se matriculen en alguna carrera para ficharlas

El deporte profesional y los estudios no están reñidos. Es más, en el club de voleibol femenino Universitat de València van unidos. Y por contrato. Sus jugadoras han de matricularse en alguna carrera universitaria si desean formar parte de la entidad, la única en toda España que participa en la Superliga y que "es una universidad" en lugar de un club deportivo. "A las jugadoras les planteamos que no fichan por un club, sino por una Universidad, y que por lo tanto han de estudiar una carrera universitaria. Al principio les sorprende, pero lo entienden. Es un requisito más. Son deportistas que representan a la Universidad", explica Juan Cuenca, el director general del club, el único en España con esas características. El Universidad de Burgos es un club deportivo patrocinado por una universidad, y el Universidad de Granada no juega en la máxima categoría.

El "ejemplo" es Sara González, internacional con España y que cursa cuarto de Odontología
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29.000 euros por una plaza

El club valenciano compite en la Superliga y en el Campeonato Español Universitario con 11 jugadoras de estudios tan diversos como sus procedencias: seis españolas, tres búlgaras, una rumana y una rusa con pasaporte serbio. Sara González, por ejemplo, es internacional con España y estudia cuarto de Odontología. Laura Carmona, internacional con la selección junior, y Naiala Pedro son estudiantes de Educación Física. La rumana Elena Butnarn, la capitana del equipo, estudió en el Instituto Agrícola de Bucarest y ahora cursa Administración y Dirección de Empresas (ADE). Como compañera de equipo, y de pupitre, tiene a la rumana Eva Tsvetanova. Su compatriota Eva Tcholakova es alumna de Márketing, y la tercera rumana, Aneta Germanova, que ha jugado en la Liga italiana, toma apuntes de Filología alemana junto a la rusa Ilona Marjkuric. Silvia Cortés también apuesta por los idiomas, y Marita López, que prepara las oposiciones, y Yasmina Hernández, que espera la prueba del selectivo a final de curso, cierran el grupo. Estas dos últimas disputan sólo la Superliga y no el campeonato universitario al no cursar estudios académicos.

El grupo se divide entre las españolas y las jugadoras del este, más veteranas. A la hora de estudiar, sin embargo, todas son iguales. "Estudian por su cuenta, en las concentraciones, durante los viajes o los domingos", explica Cuenca. "Es importante que aprovechen la oportunidad de estudiar, sobre todo las españolas, y que aprueben. A las jugadoras de categorías inferiores también las controlamos", añade. En medio del calendario apretado, las jugadoras deberán encontrar un hueco para los próximos exámenes de enero.

El calendario es de locos: entrenamientos por la mañana y por la tarde, sesiones de vídeo, gimnasio, recuperación con los fisioterapeutas, viajes, concentraciones... y estudios. En total, unas ocho horas diarias de entrenamiento. "A clase van poco, lo que pueden", admite Cuenca, que pone como "ejemplo" a Sara González, de 22 años, estudiante de cuarto de Odontología. "Si ella puede, las demás también. Sacrifica su único día libre, los domingos, para estudiar, y en las concentraciones siempre van con los libros". "Debo invertir muchas horas si quiero conseguir algo. Me cojo las asignaturas que puedo en las horas libres que me deja el voleibol. Debo ir a un ritmo diferente al de los demás estudiantes y trabajar el doble", afirma Sara. Como ella, Laura también se pasa el día entero en la Universidad: clase por la mañana, entrenamientos, de vuelta al aula a las tres... "Llego a las nueve y no me marcho hasta las ocho de la noche. Algunos días estoy estudiando hasta las doce en mi casa. No puedo compaginar más de lo que hago. Sólo me he cogido cuatro asignaturas y voy una o dos horas a clase. Entrenándome mañana y tarde, los estudios los apruebo poco a poco. ¿Tiempo libre? Algún rato por la noche y los domingos, pero he de estudiar", explica Laura.

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La Universitat fichó también a una jugadora venezolana y otra argentina a principio de temporada, pero dejaron el club por problemas de adaptación a la particular filosofía de la entidad. "Buscamos universitarias españolas o extranjeras que podamos matricular y que hayan estudiado antes", expone Juan Cuenca. El club intenta ahora fichar una sexta extranjera, según permite el reglamento de la Federación. Antes, claro, tendrá que elegir una carrera.

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