Los ingenieros defienden una subida de la luz para ahorrar energía
El colegio propone alargar la vida de las centrales nucleares para evitar un colapso
Es muy probable que dentro de unos 15 años se produzca un "crash energético" debido al paulatino agotamiento de las energías fósiles (petróleo, gas natural, carbón) en contraste con el creciente aumento del consumo mundial. Así que es necesario dotarse de otras fuentes de energía: las renovables, pero también la nuclear, alargando la vida de las centrales. Y fomentar asimismo el ahorro energético; esto es, subir el recibo de la luz. Ésas son las principales conclusiones de un estudio presentado ayer por el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña.
En pleno revuelo por la subida de la tarifa de la luz, esbozada en un 10% para el año próximo por el Ministerio de Industria y frenada por el presidente Zapatero ante el alud de críticas del PP, Izquierda Unida, sindicatos y organizaciones de consumidores (véase EL PAÍS de ayer), los ingenieros industriales catalanes abogan por una subida de precios.
"El coste de la energía se tiene que reflejar en los precios", aseveró ayer el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña, Antoni Llardén, quien recordó que históricamente las tarifas de la electricidad siempre han estado por debajo del precio real. De ahí que el Gobierno recurra periódicamente a subidas en el recibo de la luz para compensar a las compañías eléctricas por la diferencia entre los costes de generación y los ingresos por las tarifas, conocida como déficit tarifario.
Si a este déficit se añade el hecho de que se acerca un "crash energético" y que "dentro de unos 15 años es muy probable se produzcan situaciones de desabastecimiento" de orden mundial, el colegio considera oportuno que se pongan en marcha políticas que fomenten un uso eficiente de la energía. "Y la política de ahorro está vinculada a una buena política de precios", señaló Llardén, que no quiso entrar en cómo se debería estructurar el aumento del recibo de la luz, ni el porcentaje de incremento ni en qué tramos se debería aplicar.
Pero como la entidad colegiada está en "desacuerdo" con un sistema de vida basado en un menor consumo, que considera "reduccionista" porque el sistema económico y social debe seguir creciendo, hay que seguir invirtiendo en infraestructuras y en el desarrollo de nuevas fuentes energéticas.
No a la 'cultura del no'
El responsable del estudio, Jordi Dolader, consejero de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), considera que hay que terminar con la "cultura del no", que se opone a la construcción de grandes infraestructuras para asegurar el abastecimiento a corto y medio plazo.
La provincia de Girona es un caso extremo: los cortes de luz son más frecuentes. Pero en Manresa, "a un hotel le han dicho que debe esperar dos años para coger electricidad de la red", ilustra Dolader.
Por ese motivo, el colegio defiende la construcción de una línea de muy alta tensión (MAT) para aumentar la interconexión eléctrica con Francia, así como considerar un mayor aprovechamiento de la energía nuclear. "De entrada, habría que alargar la vida de las centrales y en el futuro seguramente habría que construir más", afirmó Llardén.
El estudio no obvia otras fuentes energéticas y señala que se deben aumentar las renovables (solar térmica, eólica, fotovoltaica y biocombustibles). Su potenciación tiene dos efectos positivos: reduce la dependencia de las energías fósiles (que se están agotando) y son más respetuosas con el medio ambiente. Pero no son suficientes para abastecer Cataluña y, en cualquier caso, son fuentes de generación eléctrica, no de transporte.
El estudio no cuantifica la necesidad energética para evitar el colapso. El presidente de la comisión de energía del colegio, Jordi Gibert, recordó que en 2002 el consumo energético de Cataluña fue de 14 millones de toneladas equivalentes de petróleo y que en 2030 alcanzará los 25 millones.
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