Ségolène pisa zona minada
Un malentendido con Hezbolá complica la visita de la líder socialista francesa a Líbano
Ségolène Royal ya sabe ahora cuáles van a ser los términos en los que se libre su combate contra su rival conservador, Nicolas Sarkozy. La candidata socialista a la presidencia francesa ha tenido este fin de semana, durante su viaje a Oriente Próximo, una muestra de lo que le espera en campaña electoral larga de cinco meses. Una simple frase pronunciada el pasado viernes, en árabe, por un diputado de Hezbolá en el contexto de una reunión en Beirut con un grupo de diputados libaneses, ha servido para que toda la derecha se lanzara sobre ella calificándola de "simplista" y de carecer de la más mínima idea de política internacional.
En su alocución, el diputado de Hezbolá comparó la intervención israelí en Líbano con la ocupación de Francia por los nazis durante la II Guerra Mundial. Durante el acto, el traductor no pareció haberlo entendido así. "Ni yo ni el embajador [Bernard Emié] escuchamos esta frase", explicaba Royal al hilo de la tormenta desatada en Francia. "Si fuera así hubiéramos abandonado la sala inmediatamente".
Pero de nada han servido las protestas de la candidata socialista ni el testimonio del diplomático, un fiel chiraquista poco sospechoso de simpatizar con el socialismo. La derecha disparó desde todos los rincones. Royal estuvo el viernes en Líbano, visitó el sábado la franja de Gaza, el domingo estuvo con el presidente palestino, Mahmud Abbás, y ayer se entrevistó con el primer ministro israelí, Ehud Olmert.
Para la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP), era una ocasión de oro para insistir en la supuesta incompetencia de Royal. El titular de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, fue el primero en disparar. Recordó que el general De Gaulle había dicho, con ocasión de un viaje a la zona, que acudía "a un Oriente Próximo complicado con ideas simples". Lo peligroso, añadió, es "caer en el simplismo". El ex ministro de Exteriores Hervé de Charette fue más duro. Royal habría debilitado "la posición de Francia".
Finalmente, su rival Nicolas Sarkozy esperó hasta ayer para sacar provecho de la situación, aunque con una prudencia y un tacto muy lejos de su estilo habitual. "Ha iniciado una polémica muy seria y no estoy seguro de que valga la pena", dijo. "La situación en esta zona ya es de por sí muy complicada, hay que actuar con moderación, responsabilidad y habilidad".
La importante comunidad judía de Francia también se sumó a la polémica. Uno de sus principales representantes, Roger Cukierman, indicó que Royal no debía haberse entrevistado con ningún miembro de Hezbolá, "una organización terrorista", al tiempo que aseguraba que el ministro del Interior, que combate con energía el antisemitismo, es "un amigo de Israel".
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