Al Hakim, el poder en la sombra de los chiíes

El turbante negro le distingue como descendiente del Profeta, pero sus ropas clericales son mucho más que el testimonio de su dedicación a la teología. Abdulaziz al Hakim (Nayaf, 1953) es el heredero de una de las grandes familias chiíes de Irak que lideraron la oposición de esa comunidad a la dictadura de Sadam Husein. El destino le ha convertido además en uno de los políticos más influyentes de ese torturado país, aunque no ostenta cargo alguno.

Desde el asesinato de su hermano Mohamed Báquer al Hakim en Nayaf en agosto de 2003, Abdulaziz dirige la Asamblea Islámica para la Revolución Islámica en Irak (ASRII), el principal partido en el Parlamento iraquí. Ambos sufrieron la represión de Sadam. Como hijos del gran ayatolá Mushin al Hakim, un líder religioso de la estatura de Jomeini que dirigió a la comunidad chií entre 1955 y su muerte en 1970, ambos sufrieron la represión de Sadam por sus actividades políticas. Abdulaziz estuvo encarcelado en 1972, 1977 y 1979. Finalmente, partió al exilio y se reunió con Mohamed en Irán, donde en 1982 fundaron la ASRII.

Los dos hermanos se dividieron los papeles. Mientras Mohamed, un religioso sonriente y de mirada dulce, encabezaba el ala política, Abdulaziz, de aspecto más severo, se ocupó del brazo armado del grupo, la Brigada Báder. Esta milicia luchó del lado iraní durante la guerra contra Irak (1980-1988) e incluso fue acusada de torturar a prisioneros iraquíes. Ahora se la responsabiliza de estar detrás de los escuadrones de la muerte del Ministerio del Interior, algo que sus responsables niegan.

A su regreso a Irak, tras el derrocamiento de Sadam en abril de 2003, Abdulaziz pasó a tener un papel más político y formó parte del Consejo de Gobierno formado por Estados Unidos. A pesar de haber encabezado la Alianza Iraquí Unida, una coalición de partidos chiíes, no forma parte del Gobierno porque ese grupo decidió que los clérigos no participaran de forma directa.