Microsoft
ataca de nuevo Microsoft ha tardado cinco años en presentar una nueva versión de Windows, el sistema operativo que hace funcionar a 9 de cada 10 ordenadores. Después de múltiples retrasos, motivados por los problemas técnicos y las negociaciones que ha mantenido con las autoridades antimonopolio de la Comisión Europea, la compañía ha presentado ya su versión para empresas y la doméstica llegará a finales de enero.
Microsoft promete que Windows Vista será una revolución. Asegura que cambiará la manera en que nos relacionamos con el ordenador, consiguiendo, por primera vez, que sea la máquina la que trabaje para el usuario, y no al revés. Se podrá contemplar el interior de las carpetas de archivos sin necesidad de abrirlas, ya que serán transparentes. Un monitor de fiabilidad informará del estado del PC y sus programas de una forma muy simple, sin que el usuario tenga que volverse loco intentando entender los crípticos mensajes habituales. E incluye una herramienta que permite buscar a la vez en el PC y en Internet.
Microsoft se enfrenta a un desafío monumental. En el mercado doméstico, deberá competir con Google y sus herramientas de software, que cada vez son más populares y, además, gratuitas. Los precios de Vista no son precisamente populares: en Estados Unidos, el producto rondará los 200 dólares (en Europa no se ha hecho público). El triunfo de Vista es fundamental para Microsoft. Por mucho que lance consolas (Xbox 360) o reproductores de música (Zune), el corazón de su negocio, y la garantía de su supervivencia, sigue siendo Windows: este viejo programa, cuya primera versión salió al mercado hace ya 21 años, supone el 65% de todo el beneficio del grupo.
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