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Las autoridades británicas buscan polonio en el estadio del Arsenal

La policía británica investiga numerosas pistas para esclarecer la muerte del ex agente ruso Alexander Litvinenko, el pasado 23 de noviembre. Lo que podía haber sido un cruel pero silencioso ajuste de cuentas se ha convertido en una novela policíaca en vivo seguida al minuto por medios de comunicación de medio mundo. Constituye cada vez más un potencial problema de salud pública que afecta directamente a miles de personas.

Las autoridades sanitarias buscaron restos de radiaciones en el estadio del Arsenal, donde caben 60.000 personas, aunque le dieron el visto bueno ayer. El Emirates Stadium ha sido investigado porque los dos ciudadanos rusos que se vieron con Litvinenko en la tarde del 1 de noviembre fueron luego a ver el partido de Liga de Campeones de Europa entre el Arsenal y el CSKA de Moscú. Se cree que los asesinos de Litvinenko podrían haber llegado a Londres camuflados como hinchas del CSKA.

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Los médicos dijeron ayer que Mario Scaramella, el contacto italiano de Litvinenko también contaminado con polonio 210, está bien y que a estas alturas no le consideran envenenado. Algunos expertos advierten que podría generarle una intoxicación como la de Litvinenko en unas pocas semanas o provocar algún tipo de cáncer años después.

La contaminación de Mario Scaramella ha complicado notablemente el escenario porque resta fuerza (aunque no elimina) a la tesis de que el ex espía fue envenenado durante la entrevista previa con sus compatriotas en el Hotel Millenium. Ahora gana puntos la tesis de que el envenenamiento fue en el restaurante japonés Itsu en el que comió Litvinenko y Scaramella bebió agua. Éste pudo contaminarse de forma accidental, quizás al inhalar parte del veneno que el ex agente estaba ingiriendo mientras comía. O también fue envenenado. O fue él el envenenador, con tal torpeza de contaminarse él mismo. También pudo ocurrir que Litvinenko fuera envenenado en el hotel y Scaramella en otro lugar.

Especulaciones

Hay muchas especulaciones sobre la autoría. En los últimos días ha ganado cuerpo la tesis de que se trata de un grupo de incontrolados próximos a los servicios secretos rusos y relacionados con el grupo Dignidad y Honor que dirige el coronel Valentin Velichko. Esta asociación es citada en el memorando que Scaramella le entregó a Litvinenko el día de su encuentro en el Itsu. En ese memorando se amenazaba de muerte a ambos, al oligarca ruso Borís Berezovski, al exiliado ruso Vladímir Bukovsky y al senador italiano que dirige la investigación parlamentaria sobre las actividades del KGB en Italia durante la guerra fría, Paolo Guzzanti.

Aunque Litvinenko señaló directamente a Vladímir Putin como su asesino, sus próximos defienden la tesis de que puede ser una venganza de los servicios secretos por huir del país o un intento de los oligarcas pro occidentales para dañar la credibilidad de los servicios secretos y debilitarles ante la sucesión de Putin en 2008.

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