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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

La Prashan Rambla

La Rambla o la Sagrada Familia son los iconos de Barcelona que cualquier turista desea conocer al llegar a esta ciudad; sin embargo, para un paquistaní el lugar emblemático cuya leyenda llega hasta el último rincón de Lahore o Islamabad es la famosa Prashan Rambla, como llama la comunidad indopaquistaní a la Rambla del Raval. Prashan significa en urdu 'tristeza' o 'problema' y la nombran así porque es donde los paquistaníes se reúnen para hablar de sus desavenencias, de sus problemas: el desempleo, la separación familiar, los papeles que no llegan y la falta de dinero.

Todo paquistaní recién llegado a Barcelona desea conocer e ir a llorar sus penas a la Prashan Rambla, que ya merece una poesía en urdu compuesta por poetas del barrio.

"Es esta nuestra Rambla

La llaman Prashan Rambla

Aquí nadie nos regala Halwa*

¡Oh Prashan Rambla!"

*(La halwa es un platillo dulce en la gastronomía indopaquistaní).

"Aquí lloramos nuestra pena

Hablamos la tristeza

Preguntamos sin certeza

Cuándo llegará la respuesta

[de la huella*".

*(Se refiere a la huella digital impresa en el DNI).

"De tanto cruzar esta Rambla

Se me desgasta la Talwa*

¡Oh Prashan Rambla!

Aquí nadie nos regala Talwa".*(Talwa significa en urdu 'suela de zapato').

La Rambla del Raval es el espacio que han adoptado como suyo y que han logrado marcar territorialmente ante otros colectivos de inmigrantes: ahí se celebra la independencia de Pakistán -que todos los años reúne a más de 3.000 paquistaníes en el mes de agosto-, así como la Fiesta del Cordero y el Ramadán, en las que, al finalizar los rezos en las mezquitas y en el Polideportivo del Raval, se congregan para abrazarse y conversar. Sin embargo, la Prashan Rambla ha ganado su nombre por la vida cotidiana, pues es al caer la tarde cuando embarga la tristeza, cuando la conversación entre paisanos mata el tiempo que sobra y asfixia si se es inmigrante sin trabajo y sin familia.

"¡Oh Prashan Rambla!

Aquí se olvidan los modales

Marroquíes y paquistaníes

Se pelean en los Ravales

Paisanos presumen su

[educación

Y saber leyes de migración

Ellos insisten en ayudarte

Pero tu dinero quieren quitarte

¡Oh Prashan Rambla!

Aquí nadie nos regala Halwa".(Bahadur Hussein. Empleado en locutorio; llegó a Barcelona en 2002).

Para la comunidad paquistaní asentada en Cataluña, conformada por 45.000 inmigrantes, de los que 40.000 residen en Barcelona, es tan importante el espacio de encuentro como la poesía misma, pues constituye un fuerte vínculo identitario.

A diferencia del mundo occidental, donde el disfrute o lectura de poesía se asocia con los artistas o la gente culta, el paquistaní medio la incorpora en la lectura cotidiana. Es común encontrar poesías en toda la prensa escrita, incluso en los periódicos que la comunidad edita en Barcelona, y no es para sorprenderse de que hasta un repartidor de butano recite de memoria a su poeta Ghalib, uno de los grandes clásicos de esta literatura, pues la poesía urdu está arraigada en todos los sectores de la sociedad desde el siglo XI, y la región del Punjab -de donde proviene la mayoría de los paquistaníes en España- dominó la literatura durante siglos. El amor es el tema principal: la mujer como objeto inalcanzable y el verdadero amor, un anhelo imposible.

"Desde que convertí la ola de

[sangre en agua

Mi vida es como la Reina de

[la Noche*

*(El nombre de una hierba que huele a jazmín).

En el desierto del cuerpo,

[bailaba el fuego del deseo

Que convierto en la sangre

[que fluye

Cuando tus cabellos cubren

[tu rostro de luna

Conviertes el día en la noche

Las distancias no tienen

[ninguna importancia

[¡Khalid!

No sé por qué a ti te importan [tanto".

(Mohamed Khalid. Cocinero; llegó a Barcelona en 2001).

La inmigración paquistaní en Cataluña es un campo de cultivo de poetas en esta lengua que todavía no ha sido descubierto. Con frecuencia, la comunidad organiza los Musharah (sesiones de poesía) en restaurantes paquistaníes, locutorios o copisterías, en las que se privilegian los Ghazals, que es la forma poética por excelencia, y logran reunir en tierra barcelonesa a indios sijs, hindúes y musulmanes con paquistaníes suníes y chiíes. Guaridas del alma y salvadores del desarraigo, los Musharah están cargados de expresividad, los invitados acompañan de principio a fin con exclamaciones de goce las palabras del poeta repitiendo la frase que les haya gustado del Ghazel o Gacela.

"Otra vez hay primavera.

[Ojalá

Flores listas para abrirse.

[Ojalá

Corazones heridos listos para

[abrirse. Ojalá

Porque tengo lágrimas para

[regar las heridas

No sé qué pasa y no sé qué

[puede pasar

La noche rodea las tinieblas y

[la vela se extingue. Ojalá".

(Afzal Ahmed Bedar. Comerciante; llegó a Barcelona en 1984).

El desenvolvimiento dentro de una sociedad altamente restrictiva obliga al paquistaní a ser muy cuidadoso con la imagen y la palabra, especialmente lo que se dice hacia el exterior de la comunidad musulmana; sin embargo, la poesía es muy permisible y tiene una función catártica. Antes de la modernidad era el vehículo principal de las ideas y continúa teniendo ese papel; por medio de ella hablan de sus frustraciones en Europa, de lo que realmente piensan de la sociedad occidental y de sus reclamos a la propia comunidad paquistaní, de las reflexiones sobre su cultura desde la inmigración, de la religión, de los tabúes que recuperan o desechan, y por ello representa una herramienta auténtica para explorar los diversos matices que componen la cultura paquistaní en Barcelona.

"Pakistán, tierra hermosa

[y de contrastes

Estamos lejos, pero siempre te

[tenemos cerca

Tus hijos siempre pensamos

[en ti

Patria hermosa y resuelta,

Pero ¿dónde está el sueño de

[Iqbal y Jinnah?

Tus hijos miramos con

[tristeza el día a día

La avaricia del poder, la

[pobreza y las armas

No son el sueño de nuestra

[nación, ni la paz, ni

[el islam".

(Abdul-Razzaq Sadi. Presidente de Jazba International Press; llegó a Barcelona en 1999).

Maritza García es periodista.

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