El doble juicio de un crimen con una protagonista involuntaria
La incómoda y mal iluminada sala del jurado de la Audiencia Provincial de Málaga ha acogido dos juicios en las últimas dos semanas. El primero, de carácter oficial, tenía como protagonista al ciudadano británico Tony Alexander King, para quien la Fiscalía pide 26 años de prisión por asesinar e intentar violar a la joven de Mijas Rocío Wanninkhof el 9 de octubre de 1999.
El segundo juicio, paralelo al primero, ha sido oficiado en la sala y ante las cámaras de televisión por la defensa de King y la acusación particular, ejercida por la madre de la víctima, Alicia Hornos. En una llamativa comunión de intereses, ambas partes han hecho todo lo posible para volver a inculpar a Dolores Vázquez, ex compañera sentimental de Hornos y que pasó en la cárcel 17 meses -desde el 7 de septiembre de 2000 hasta el 8 de febrero de 2002-. Vázquez fue acusada y condenada por el crimen en un primer juicio cuyo veredicto y sentencia estuvieron "insuficientemente motivados", según el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
El magistrado que preside el tribunal, José María Muñoz Caparrós ha intentado, casi siempre en vano, que su último juicio -el jueves suspendió la vista a media mañana para asistir a la comida-homenaje de su jubilación- no se convirtiera en una causa general contra la gallega. La vista oral ha estado plagada de referencias, al principio veladas y después crudamente explícitas, contra Vázquez. Su relación lésbica con Hornos y su aspecto inquietante -unidos a los múltiples puntos oscuros que quedan del caso- la convirtieron en su día en una mala de manual para los investigadores, cuyas pesquisas han quedado bastante en entredicho en el juicio, y para un sector de la prensa.
El primero en volver a apuntar a Vázquez fue el propio acusado. Al día siguiente de ser expulsado del juicio por llamar "delincuentes" al juez y al fiscal, Tony King hizo una abracadabrante declaración. Según él, bajo los efectos de las drogas, accedió a que Robert Graham lo hipnotizara y le hiciera entrar en un Ford Fiesta. "Vi cómo Dolores se reía mientras apuñalaba con un cuchillo a Rocío, colocada detrás de ella. La estaba apuñalando en la espalda", afirmó King.
Ese mismo martes 21, Alicia Hornos, la primera de los 79 testigos y peritos que han desfilado por la Audiencia Provincial, incidió: "Nunca he pensado que Tony King sea el asesino de mi hija. Siempre he pensado que fue Dolores Vázquez Mosquera". Estas palabras fueron escuchadas sin inmutarse por Muñoz Caparrós. Josefa Hornos, tía de la víctima, fue aún más lejos y señaló el día 27 que Rocío "sentía pánico" cuando veía a Vázquez, porque "le había amenazado de muerte" hasta en tres ocasiones y "le pegaba y maltrataba mucho".
Sin embargo, no sólo hubo testimonios contra Vázquez, sino que el juez también ha permitido que en el juicio se practiquen pruebas contra ella en su ausencia. Todas las partes interrogaron el pasado jueves a un psicólogo que la trató en la prisión de Alhaurín en 2000. El abogado de King, Javier Saavedra, se refirió entonces a Vázquez como "aquélla a la que no podemos nombrar".
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