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Reportaje:Feria del Libro de Guadalajara

El inquietante volcán mexicano

Alatriste, Padilla, Arriaga, Volpi y Palou enjuician la volátil situación de su país

Un mal que viene de lejos y que algún día tenía que estallar. Con un punto de fatalismo están viviendo los escritores mexicanos los convulsos momentos sociopolíticos de su país, que entraron en una espiral con la campaña de las últimas elecciones presidenciales y que tuvieron su cenit en los disturbios en Oaxaca y en la imagen de diputados del PRD y del PAN enfrentándose a golpes en vísperas de la toma de posesión del presidente electo, Felipe Calderón, que tiene lugar hoy.

El origen de ese mal tiene un nombre para todos: el del hasta ahora presidente Vicente Fox y su reforma económica pero no política. "Está pasando lo mismo que pasó en la URSS, donde se quiso hacer la perestroika antes que la glasnost, o sea, una reforma económica que necesita previamente de una reforma del Estado que no se ha atendido; eso se quedó a medias y ahora tenemos lo que tenemos", compara ilustrativamente Sealtiel Alatriste. La larga sombra del PRI sigue planeando de algún modo sobre el país, como un castigo eterno. "La situación se debe, en muy buena parte, a los errores, la impericia, la negligencia y el anticulturalismo de los partidarios de Fox", afirma Ignacio Padilla.

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El escritor y guionista Guillermo Arriaga coincide en las causas económicas de la estrategia gubernamental de Fox como génesis del conflicto: "Lo que vivimos es resultado de una política económica equivocada que ha acabado abriendo una brecha brutal en la sociedad mexicana; por eso no es casual el giro a la izquierda y algunas de las reacciones que se están dando", apunta. Según el autor, aún ha habido suerte de que la violencia no haya sido mayor: "La explosión social se ha matizado gracias a la inmigración, la mayoría ilegal, a EE UU; si no tendríamos ahora una bomba entre las manos de una potencia descomunal".

Con ese caldo de cultivo sólo faltaba el complejo proceso electoral, según coinciden la mayoría de escritores consultados. "La elección misma fue terriblemente complicada. Hubo irregularidades y una intervención ilegal del presidente Fox y de los empresarios, aunque el Tribunal Federal Electoral determinó que no eran suficientes como para alterar el resultado de la elección", resume Jorge Volpi, que no duda en calificar de "crisis gravísima" la que vive su país.

"La democracia mexicana es una de las más costosas del mundo", sostiene el novelista Pedro Ángel Palou. "Calderón, el candidato de la derecha, sabiendo perdidas las elecciones según las encuestas, decidió modificar su estrategia y pensar que el fin justifica los medios". Contundente, el escritor cree que fue el que hoy será investido presidente quien activó la polarización del país. "Se pasó la campaña llamando revolucionario a López Obrador y pacíficos a sus propios seguidores y utilizó todas las estrategias de la guerra sucia mediática apoyado por un Fox que va diciendo, con mucho cinismo, que ha ganado dos elecciones: las suyas y las de Calderón".

De las críticas a la clase política no se salva ni el supuesto damnificado, López Obrador, que acabó autoproclamándose en la calle presidente legítimo del país. "Todo lo que ha estado haciendo son actos políticos ilógicos", opina Arriaga. "Es muy hábil políticamente y quizá de alguna manera esté así marcando la agenda política de México, pero la verdad es que no sé a quién habla, a quién se dirige con este mensaje; creo que empieza a haber un divorcio entre la gente que le sigue y las clases medias". En opinión del guionista, "tenía que haber dejado todo esto y pedir el cómputo voto por voto o la anulación". Volpi también defiende esa línea: "Es lógico que no aceptara los resultados, pero lo que no puede hacer es renegar de todas las instituciones mexicanas así, es muy irresponsable". "Tiene escaso talante democrático en ese sentido", remacha Padilla.

Vergonzoso

El cénit simbólico del momento que vive México llegó el pasado martes, con el intercambio de golpes entre los diputados. "Esas imágenes son la gran metáfora del país: el PAN y el PRD enfrentados y el PRI viendo de qué lado caen los muertos", traduce en imágenes Alatriste. "Fue un espectáculo vergonzoso, grotesco y patético, que desgraciadamente no es ajeno a lo que ocurre en otros parlamentos: hemos visto puñetazos en Corea, golpes en Japón; no es algo tan extraño, pero tampoco debe ser un consuelo", constata Padilla.

"La izquierda no quiere que Calderón tome hoy posesión porque considera una provocación que se presente en la Cámara de Diputados a jurar el cargo como si no hubiera ocurrido absolutamente nada", expone Palou. "La izquierda no se cierra al diálogo pero ha dicho que ya habrá tiempo para el consenso". Volpi señala: "Creo que le correspondería al PAN y al Gobierno de Calderón hacer lo posible para llegar a un diálogo y a una reconciliación nacional. Con lo de la Cámara, tanto ellos como el PRD han demostrado su extremismo y su irresponsabilidad frente a un país que lo que más quiere es calma y trabajo y que, como demostró en las elecciones, quiere que se luche contra la injusticia y la desigualdad". "Todos tienen la carga de los vicios del priismo. Y de esa carga no se pueden deshacer de la noche a la mañana", apunta Padilla.

¿Puede crisparse tanto la situación que acabe desestabilizando peligrosamente el sistema democrático? "Hoy en México es absolutamente descartable cualquier intervención militar golpista", opina Alatriste. Sin embargo, cree que "los próximos 100 días serán cruciales: hay que ver cómo toma Calderón el poder y saber qué medidas inmediatas desarrolla. Ya no podemos jugar más".

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