El PSOE pide respeto a las reglas del juego en la fecha del referéndum

"El referéndum de ratificación del Estatuto será el día que el presidente de la Junta lo convoque, esas son las reglas del juego". Con estas palabras quiso zanjar ayer el secretario de Organización del PSOE, Luis Pizarro, la polémica que ha surgido en torno al día de la votación, sobre el cual, dijo, su partido no se ha pronunciado ni lo hará porque es potestad del presidente. PP y PA criticaron que se pueda cambiar la fecha.

En conferencia de prensa, Pizarro explicó que el partido expresará su "respeto y apoyo" a la decisión final que adopte Chaves, aunque recordó que el domingo 25 de febrero es la "fecha tope" para celebrar el referéndum del Estatuto ya que la Ley Electoral no permite celebrar consultas electorales sin que transcurra un intervalo de tres meses, y las elecciones municipales están previstas para el 27 de mayo. Para los socialistas, lo importante es propiciar la participación, para lo que reforzará a partir del 20 diciembre, cuando el pleno del Senado apruebe definitivamente el nuevo Estatuto, la campaña de movilización que ha puesto en marcha.

Pizarro censuró que el presidente del PP, Javier Arenas, haya criticado las declaraciones del miércoles de Chaves respecto que no piensa consultar con ningún partido la fecha. A su juicio, Arenas arremete contra el presidente porque piensa siempre en clave electoral "y no se da cuenta que los comicios no se ganan por la fecha, sino por la credibilidad". La portavoz parlamentaria del PP, Esperanza Oña, tildó ayer a Chaves de "reyezuelo" y destacó el contraste entre el "alarde pactista" que, en su opinión, le ha entrado al presidente de la Junta en los últimos tiempos, con el hecho de que "ahora sea incapaz de mantener un criterio y consensuar con los grupos una fecha del referéndum", una actitud "democráticamente pobre".

Nerviosismo

Por su parte, el secretario general del PA, Julián Álvarez, opinó que Chaves pretende convocar en día laborable para propiciar una votación masiva "inducida", lo que, a su entender, denota un "tremendo nerviosismo" por los malos pronósticos, ya que si este referéndum no consigue lo mismo que el de 1981 no tendrá "legitimidad". "Como no son capaces de demostrar a nadie que éste es un Estatuto equiparable al de Cataluña y saben que eso no pueden explicarlo, están queriendo que la gente tenga que ir a votar porque tenga que presentar después un certificado a la empresa", dijo.

Luis Pizarro se refirió en su comparecencia a los andalucistas y dijo que, aunque su partido y las demás fuerzas han intentado incorporarles al acuerdo, ha sido "imposible" porque el PA se ha "agarrado" al no como la solución a su "supervivencia política, que ya se verá". El socialista agregó que el PA ha sido el único partido que en toda la negociación del Estatuto ha mantenido una actitud inmovilista: "Los demás hemos renunciado, transaccionado, cedido, pero el PA ha querido imponer sus tesis completas con cinco diputados a 104". "El PA mantuvo artículos del texto catalán que habían sido rechazados en el Congreso y, como aperitivo, nos pidieron 60 millones de euros en enmiendas al capítulo de financiación", dijo con ironía Pizarro.

El socialista expresó su satisfacción por el resultado de la tramitación de la propuesta estatutaria en el Senado, primero en ponencia y posteriormente en la comisión General de las Comunidades Autónomas, que aprobó el miércoles el dictamen del nuevo Estatuto con el respaldo de todos los grupos de la Cámara alta, y de 48 de los 50 miembros de la delegación andaluza (todos los grupos menos los dos diputados del PA). "Objetivo cumplido", sentenció.