Andalucía diseña un plan para salvar Vitelcom con el apoyo de Telefónica

La Junta de Andalucía ya cuenta con un plan de reestructuración para Vitelcom, el único fabricante español de teléfonos móviles y que tiene su sede en Málaga. El plan, que cuenta con el apoyo de Telefónica (el primer cliente de Vitelcom), cifra en 60 millones de euros la necesidad de recursos monetarios para revitalizar la compañía, que atraviesa una grave crisis.

Tanto la Junta de Andalucía como Telefónica tienen mucho interés en que la crisis de la empresa de telefonía, con una plantilla de 400 personas, no les estalle en las manos. De hecho, la Junta ya se ha comprometido a poner 20 millones de euros. Telefónica arrimaría el hombro con una cartera de pedidos importante.

Pilotado por los técnicos de la Junta, el plan está siendo analizado por expertos del sector y también propone como uno de sus puntos centrales la entrada de un socio industrial estratégico que aporte viabilidad al proyecto. Vitelcom, que es la única empresa española que fabrica teléfonos móviles, dependía excesivamente de los pedidos de Telefónica, en la que llegó a concentrar más del 85% de los pedidos. Sin embargo, el mejor producto y servicio que ofrecían los competidores de Vitelcom hizo que Telefónica redujera sus pedidos. Nokia le ganó la batalla y la crisis llegó a la empresa.

En el año 2004 comenzaron las dificultades, a pesar de que logró unas ventas de 311 millones de euros. En ese ejercicio todavía dio beneficios de 5,2 millones, pero ya con una caída del 11%. Aunque no se conocen datos oficiales de 2005, las ventas siguieron cayendo y existe la amenaza de movilizaciones laborales.

Los sindicatos mayoritarios reconocen que se necesita una ampliación de capital. El principal problema ahora es la falta de carga de trabajo, lo que puede derivar en un expediente de suspensión de pagos, según reconocen los sindicatos. Las centrales ya estudian movilizaciones.

La Junta de Andalucía ha puesto en marcha un plan en el que quiere implicar a Telefónica para que eleve sus compras a un socio industrial que aporte tecnología y capital. Además, en el plan se pide colaboración a los acreedores de la empresa para que retrasen el cobro de la deuda, que puede suponer el estrangulamiento de la empresa.