President Montilla
El nuevo Gobierno de la Generalitat fue dado a conocer ayer, tras la toma de posesión de su presidente, José Montilla. Esta toma de posesión, independientemente de la coyuntura política y de la discutible combinación electoral que sostiene al Ejecutivo, es un acontecimiento de enorme calado: que un andaluz de origen, uno de los "otros catalanes", según término acuñado en los años sesenta por Francisco Candel, presida esta nacionalidad histórica, entierra muchos tabúes incubados durante años por el nacionalismo más identitario y es un síntoma de normalización difícilmente imaginable hace pocos años.
Montilla ha conseguido imponer sus tiempos y los tres partidos de izquierdas coligados han demostrado más madurez que en la forja del anterior tripartito. El pacto de entesa, la confección de su programa y la composición del Gabinete han sido controlados por el nuevo presidente, lo que otorga un crédito inicial a su compromiso de que el Gobierno actúe como tal bajo su autoridad, y no como tres gobiernos de partido. Pero nace, como su antecesor, con un primer incumplimiento programático: la insuficiente presencia femenina, sólo respetada por el PSC, con tres mujeres de entre las siete consejerías que le corresponden. Iniciativa exhibe un 100% de consejeros varones.
La principal incógnita reside en cuánto durará el compromiso de seriedad y estabilidad reiteradamente expresado por Esquerra. La vicepresidencia de Carod tendrá menos competencias que las de un conseller primer, pero entre ellas figura la política lingüística y las relaciones exteriores, especialmente sensibles para la cohesión social y el buen entendimiento con el conjunto de España. Habrá que atender también al desempeño de sus correligionarios, el académico Joan Manuel Tresserras, en Cultura, donde deberá al menos igualar el listón de uno de los más solventes consejeros salientes, Ferran Mascarell, y Josep Huguet, que acumula Universidades e Industria, en un macrodepartamento que ya ha suscitado las críticas de los rectores.
Continúan bastantes consejeros de Maragall, encabezados por Antoni Castells en Economía y Joaquim Nadal en Política Territorial, barones que ofrecen imagen de solidez; se incorpora, en un guiño de continuismo con Pasqual Maragall, su hermano Ernest (Educación); y se traslada a Montserrat Tura, que cuidó con energía del orden público y está inédita en temas de su nueva cartera, la de Justicia. Plantea dudas su sustitución al frente de Interior por el líder ecosocialista Joan Saura, dirigente de una formación más inclinada a aplaudir a los manifestantes alternativos que a dirigir a los guardias encargados de mantenerlos a raya. Habrá que esperar, y ver.
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