"No nos podemos permitir ejércitos que no pueden combatir"
Las limitaciones que los países ponen al empleo de sus fuerzas en Afganistán se han convertido en el gran caballo de batalla de los dirigentes de la OTAN, que dicen sentirse maniatados en sus capacidades para cumplir la misión encomendada. "No nos podemos permitir ejércitos de reconstrucción que no pueden combatir", dijo ayer el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer. "Tenemos que eliminar las limitaciones más restrictivas", le secundó el jefe militar supremo, el general estadounidense James Jones.
El general evaluó hace unos días en medio centenar el número de restricciones que querría ver desaparecer para disponer de la flexibilidad y potencial necesario para actuar sobre el terreno. Jones suele poner como ejemplo los sangrientos incidentes de Kosovo de marzo de 2004 -a los que las fuerzas de la OTAN asistieron con impotencia por la negativa de algunos Gobiernos a que sus soldados fueran empleados como antidisturbios- para recordar cómo aquellas muertes y destrucción de serbios a manos de albanokosovares llevaron a todos los países aliados a eliminar sus restricciones en Kosovo. "Esperamos que en Afganistán se pueda conseguir lo mismo", señaló ayer el comandante supremo aliado.
Restricciones geográficas
Las restricciones son muy variadas y sólo son conocidas por los países que las imponen. En ocasiones, cuando un general con mando trasnacional piensa recurrir a una determinada fuerza para una misión concreta se encuentra con una inesperada negativa impuesta por el Gobierno correspondiente a esa fuerza. España, por ejemplo, no deja que sus soldados sean utilizados fuera de la zona asignada en el oeste del país, aunque ahora acepta la posibilidad de hacerlo en determinadas circunstancias extremas y tras comunicación previa a Madrid. Alemania no permite que sus soldados salgan del norte ni Italia del oeste. Son restricciones geográficas.
Las consultas que exigen los Gobiernos para el empleo flexible de sus soldados son otro régimen operativo que crea lentitud en la misión. Hay algún país que exige ser consultado si sus soldados van a ser enviados a menos de un kilómetro de la frontera con Pakistán.
Los holandeses deben evitar el combate y sólo responder si son atacados, al igual que los españoles. Hay soldados que no están autorizados a combatir de noche o en zonas de nieve. Los helicópteros, el bien más preciado y escaso en Afganistán, se guardan como oro en paño: algún país dice ofrecer los suyos si están disponibles, pero nunca han sido puestos a disposición de mandos no nacionales. Otro país no permite que soldados no propios aborden sus helicópteros.
Además, Jones pidió generosidad a los aliados: "Tenemos que entender que si la Alianza se embarca en más misiones no las puede mantener si los presupuestos decrecen".
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