"España para ser competitiva debe reducir la inflación"
El mexicano Ángel Gurría (Tampico, 1950), lleva ya seis meses al frente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y llega mañana a España en visita oficial. Ha tenido tiempo para calibrar el desafío al que se en este organismo.
La OCDE, nacida del Plan Marshall en la inmediata posguerra, ha sido el laboratorio económico del club de los países más desarrollados y suministrador de munición durante la guerra fría. Ahora, tras la victoria de la economía de mercado sobre el modelo planificado comunista, Gurría quiere convertir la OCDE en un secretariado del proceso de globalización.
Pregunta. ¿Qué objetivos se ha fijado para su mandato?
Respuesta. Tenemos tres mandatos. Convertirnos en el hub, el cruce de caminos, de la globalización; proceder a la ampliación, hacernos más globales aumentando el número de miembros, y convertirnos en un elemento de apoyo para ayudar a nuestros miembros a acometer las reformas para que lleven a cabo los cambios con éxito. Debemos actuar como un catalizador de los debates nacionales y alimentarlos con elementos objetivos, creíbles y neutrales, desde el punto de vista de que no tenemos una agenda política ni ideológica. Observar, cuantificar, comparar, extraer algunas conclusiones y proponer mejores prácticas basándonos en lo que creemos que funciona mejor.
"Tenemos que convertirnos en el cruce de caminos de la globalización"
"Nuestro presupuesto es ahora menor en términos reales que el de hace 10 o 15 años"
P. ¿Qué problemas tiene ahora la OCDE para enfrentarse a estos objetivos tan ambiciosos?
R. Tenemos problemas de financiación. Los ajustes presupuestarios de muchos países, sobre todo de EE UU, se están reflejando en todos los organismos internacionales. Disponemos de un presupuesto que, en términos reales, está por debajo del que teníamos hace 10 o 15 años. Esto dificulta mucho la asignación de recursos, porque estamos obligados a cuidar siempre la calidad del producto. Nuestros informes, nuestros datos, se usan como elementos para tomar decisiones porque tienen una gran credibilidad, autoridad y seriedad.
P. ¿Cuál es la receta de la OCDE contra las deslocalizaciones industriales hacia las economías emergentes?
R. A los países de la OCDE no les está afectando de manera importante. Pero hay que reconocer que han aparecido dos monstruos que antes no estaban ahí: India y China, y no se puede ignorar que están a disposición de todo aquel que quiera producir o generar servicios a un costo más bajo y eso tiene un impacto global que apenas empieza a notarse. ¿Cuál debe ser la respuesta de los países de la OCDE? Claramente, moverse hacia productos de más valor añadido, invertir en educación, en investigación y el desarrollo, desarrollar nuevas tecnologías...
P. ¿Más protección o más liberalización?
R. No hay un solo modelo. El modelo norteamericano es ligero en impuestos, en protección, en derechos y obligaciones, y muy flexible, muy ágil. Y el diagnostico es que funciona. En el otro extremo está el modelo nórdico: pesado en impuestos, en obligaciones, en protección; carísimo desde el punto de vista fiscal. ¿Y que pasa?. Funciona. ¿Por qué? Porque el mercado de productos bienes y servicios es extraordinariamente libre que compensa las rigideces del mercado laboral. Hay distintas formas de abordar el tema del empleo y el bienestar, siempre y cuando, además de un buen diseño haya una buena ejecución y un consenso muy amplio entre la población de que ese es el modelo correcto.
P. ¿Qué le parece el modelo español?
R. A España le ha ido muy bien. Está boyante. Lleva muchos años creciendo por encima de la media europea, creando en algunos años la mitad de los empleos que se creaban en toda Europa. El mercado de la vivienda y las infraestructuras han sostenido una dinámica económica muy importante, creando empleo. Tiene una situación fiscal muy sólida: superávit, lo cual le permite hacer frente a muchos imprevistos y reducir la deuda. Las condiciones son favorables pero tiene una serie de retos relacionados con la productividad y la competitividad. Si se observa el número de patentes queda claro. España necesita agregarle conocimiento, talento y tecnología a su economía para generar valor añadido y ganar en competitividad. Además, España tiene que controlar la inflación, porque la inflación ha estado por encima de la media, y como no tiene una moneda propia que pueda ajusta, la única forma que tiene de competir es reducir la inflación para no estar erosionando la competitividad.
P. ¿Hay peligro de que reviente la burbuja inmobiliaria?
R. Ese es un tema que comparte España con todos los demás países. Lo que estamos viendo es una desaceleración de la velocidad del aumento del valor de la vivienda. No es que se vaya a producir una caída en términos nominales de las propiedades. El país donde se está desacelerando más es EE UU, y ha afectado al crecimiento norteamericano del último trimestre. En realidad lo que ha sucedido es que la gente tiene más patrimonio. Si el patrimonio ha aumentado de valor el porcentaje de la deuda se mantiene. Muchas de las tasas de las hipotecas se fijaron a bajo interés por largos periodos.
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