Cinco grupos minoritarios luchan por los dos puestos de consejeros que les reservan los grandes partidos

Una vez resuelta la parte más difícil del acuerdo para la renovación del Consejo de RTVE, el pacto entre el PSOE y el PP, se abre una batalla encarnizada entre los cinco grupos pequeños que aspiran a los dos puestos que dejan vacantes los dos grandes. Al menos tres de ellos aseguraron ayer que el PSOE les prometió un puesto, con lo que los socialistas tienen un problema.

CiU y Coalición Canaria son los dos únicos grupos que tienen ahora representante en un consejo elegido en junio de 2000. El PP, entonces en el Gobierno, contentó a sus aliados y dejó fuera a los demás pequeños. Ambos competirán ahora con ERC, PNV e IU por esos dos puestos.

El problema principal, para los socialistas, está en tener que optar entre CiU y ERC, rivales políticos en Cataluña y siempre pendientes el uno del otro. Con los primeros, muy enfadados por la renovación del tripartito en Cataluña, el Ejecutivo quiere mantener una relación especial para ampliar sus apoyos en el Congreso.

Pero los independentistas han sido durante la primera parte de la legislatura aliados fieles del Gobierno, y ahora que han vuelto al Ejecutivo catalán confiaban en recuperar su papel de socio preferente. Josep Antoni Duran y Agustí Cerdá, portavoces de CiU y ERC en el Congreso, se apresuraron ayer a asegurar en declaraciones públicas que el PSOE les ha prometido sendos puestos.

El problema es que los socialistas también han alcanzado un compromiso con la única fuerza no nacionalista en discordia, IU, en este caso del máximo nivel, porque se produjo en una reunión en La Moncloa entre el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la federación, Gaspar Llamazares. Ese pacto se alcanzó poco después de que Zapatero fuera investido presidente con los votos de ERC, IU y Coalición Canaria y la abstención de CiU. Entonces Zapatero y Llamazares pactaron que sería Felipe Alcaraz, ahora presidente del PCE, quien ocuparía el puesto de consejero correspondiente a IU. El enfrentamiento total que mantienen Alcaraz y Llamazares en este momento hace imposible que sea él el elegido.

El Gobierno y el PSOE tendrán que optar, y contentar así a unos y enfadar a otros, o renunciar a alguno de los cuatro consejeros que les corresponden.