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"Fue un ataque directo a nuestra dignidad"

María Fabra

"Por fin se ha hecho justicia". Con estas palabras resumió ayer Antonio Flich la sentencia condenatoria al alcalde de Vila-real, Manuel Vilanova, por un delito de prevaricación. Flich fue el vecino que, junto a su esposa, presentó decenas de denuncias y quejas por la existencia de unos ruidos que no les dejaban dormir y que, incluso, les obligó a cambiar de domicilio.

"Al principio, lo único que queríamos es que nos hicieran caso y, ante la burla y la imposibilidad de ir a las buenas, recurrimos a la vía judicial. Fue un ataque directo contra nuestra dignidad", recordó. Desde entonces, desde que empezaron a presentar aquellas denuncias que, una tras otra, cayeron en los cajones del consistorio, han pasado doce años. "La sentencia demuestra que la justicia es igual para todos", añadió.

Por su parte, el letrado que llevó la acusación, Santiago Albiol, destacó el hecho de que ésta sea la primera condena a un ayuntamiento por ruidos procedentes de industrias ya que, hasta ahora, se limitaban a bares y discotecas.

El alcalde de Vila-real no quiso pronunciarse sobre la sentencia ya qeu, según fuentes municipales, se enteró del fallo por medios de comunicación.El secretario provincial del PP en Castellón, Víctor Campos, calificó ayer de "increíble, inaudito e injusto" el fallo, según Europa Press. Para el dirigente del PP, el alcalde de Vila-real es "ejemplo de honestidad, honradez, trabajo y sacrificio por su municipio".

En cualquier caso, el PP se pronunciará oficialmente cuando el alcalde haya recibido la sentencia, "la valore y muestre su posicionamiento".

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