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Camps insta al Gobierno a adaptarse al interés de la Autoridad Portuaria

Augura que Valencia perderá el liderazgo si no empieza la ampliación en primavera

Miquel Alberola

El presidente del Consell, Francisco Camps, aprovechó la sesión de control del pleno de las Cortes Valencianas de ayer para hacer un alegato contra una aparente paralización de la ampliación del puerto de Valencia por parte del Ministerio de Medio Ambiente, que hace unos días enfrió las expectativas de la Autoridad Portuaria al trascender que la declaración de impacto ambiental (DIA) se encuentra en una fase muy preliminar y no se aprobará en 2006.

El presidente minimiza los impactos respecto al desvío del Llobregat, iniciado en 1972

A la pregunta de su propio grupo "sobre el retraso que pretende el Ministerio de Medio Ambiente" en las obras de la ampliación portuaria, el presidente glosó el singular potencial de esta infraestructura en el Mediterráneo y defendió la necesidad de mantener el liderazgo con esta intervención "que triplicará el número de contenedores dentro de diez años".

En ese sentido, señaló que las contrataciones marítimas que tiene hechas el puerto de Valencia se realizaron con la previsión de la ampliación, y que no se podía tener a los usuarios de la infraestructura "a golpe de titular de periódico o a golpe de funcionario técnico o político [en relación a la observación deslizada por el director general de Calidad y Evaluación Ambiental, Jaime Alejandre, en el sentido de que a la DIA todavía le quedaba un complejo proceso y no estaría en 2006] que de repente se le ocurra decir que no va a tener el informe necesario para la ampliación" del puerto de Valencia.

Camps incidió en que "un titular de estas características, tan irresponsable" podía determinar que alguna compañía internacional pudiera decidir un destino diferente para sus buques. Llegado a este punto, el presidente comparó la situación de incertidumbre respecto a la ampliación del puerto de Valencia con la de "otros muy cercanos [en clara referencia al de Barcelona], que cuentan con una apuesta clara y decidida de los distintos gobiernos local, autonómico y central". En sus recientes declaraciones, Alejandre explicó que la Dirección General de Costas había detectado posibles afecciones en el proyecto de ampliación, tanto en las playas del norte como en las del sur de la ciudad. "Si hablamos de impactos medioambientales, el cambio del curso de un río para ampliar el puerto de Barcelona lo fue de primera magnitud", equiparó ayer Camps.

Sin embargo, el desvío del cauce del río Llobregat no es una intervención vinculada a la ampliación del puerto de Barcelona sino a la mejora de la capacidad hidráulica del río en el último tramo. Se trata de un proyecto cuyo primer borrador se formuló en 1972, "muchísimo antes de que el puerto de Barcelona tuviese necesidad de ocupar la zona", explicó ayer el secretario de Estudios del PSPV de Valencia, Carlos González Triviño. "El equivalente a esa obra sería el Plan Sur de Valencia", comparó. La declaración de impacto ambiental del desvío del Llobregat es independiente de la de la ampliación del puerto de Barcelona y en la última redacción del proyecto, realizada en 1997, se diseñó también para dar acogida a la ampliación del puerto y para acoger la estación depuradora de aguas residuales del río.

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El PSPV reclamó ayer que, al igual que en el Llobregat, se acometiera otro procedimiento específico para comprobar las afecciones que la ampliación pudiera tener sobre el lago de L'Albufera, ya que "esa cuestión no puede solucionarse en 15 folios del estudio de declaración ambiental, y menos cuando el PP está tan preocupado últimamente por la salud del parque natural".

Además, se da la circunstancia que en 2002 la Autoridad Portuaria de Valencia licitó la ejecución de un proyecto por 3.000 millones de pesetas, que ya se está terminando, de nuevo encauzamiento del río Turia en su parte final, dentro de la zona de competencia del puerto de Valencia. Esta operación permite que el río desemboque en la dársena del Turia así como la utilización como superficie portuaria del tramo final de la desembocadura.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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