Millás: "Me interesa saber si la realidad es de cartón piedra"
Los 60.000 ejemplares de Laura y Julio, la última novela de Juan José Millás (Valencia, 1946), que puso en el mercado la editorial Seix Barral se agotaron en un mes. Ya está en las librerías la segunda edición de una obra que, según su autor, profundiza en el "pensamiento paradójico" que caracteriza toda su trayectoria literaria: "Me interesa saber si vivimos una realidad de cartón piedra. ¿En qué lado del espejo estamos? ¿Podemos distinguir el original de la copia?", se preguntó ayer en San Sebastián, donde participó en un coloquio organizado por Donostia Kultura y el Gremio de Libreros.
Éstos son los principales interrogantes que Millás plantea en Laura y Julio con una prosa precisa e intensa, sencilla pero amena, despojada de retórica. Fiel a su estilo ingenioso y sorprendente, construye una novela en la que los personajes viven empeñados en "establecer la barrera entre lo verdadero y lo falso" en sus vidas: "Es un juego entre los dos lados de un espejo. ¿Cuál es el real? En este mundo donde no se puede distinguir la copia del original, donde todo se falsifica, es posible que lo real y lo virtual se confundan".
Millás pone como ejemplo el suceso de la escultura de Richard Serra desaparecida en el Museo Reina Sofía de Madrid. "El museo decidió encargar una copia a su autor y considerarla el original, pero si un día aparece la primera, sería muy interesante asistir al diálogo entre el original y la copia, entre el original y el original, mejor dicho".
La desescritura
Con esta idea que le rondaba desde los 15 años, el escritor se propuso rematar una novela donde "no hay zonas prescindibles". "Cuando una novela funciona tan rápido es porque los efectos que buscaba se están consiguiendo", asegura. "El trabajo más complicado no ha sido escribir la novela, sino desescribirla, y hacer que todas las piezas estén al servicio de algo, que funcionen como un engranaje perfecto".
En Laura y Julio narra la historia de un hombre recién separado que usurpa en secreto la ropa, las costumbres e incluso la personalidad de su vecino, en coma tras sufrir un accidente. Es la anécdota que Millás emplea como pretexto para "golpear" al lector con la idea central de la narración: "La suplantación de la verdad por la mentira". Julio descubre una nueva vida que intenta modelar para convertir su impostura en realidad.
Las reacciones encontradas que ha motivado Laura y Julio en la crítica son "lo mejor que le puede pasar a una novela". "Cuando una voz autorizada dice que es mi mejor novela y otra voz autorizada defiende que es mi peor novela significa que la cosa va bien, porque la unanimidad en la literatura es mala. Así ha ocurrido con grandes obras, como Madame Bovary o La Regenta, incluso con la mejor novela del siglo XX, La metamorfosis, de Franz Kafka, que fue ignorada en su tiempo", concluyó.
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