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India y China sellan una alianza con la ambición de convertirse en grandes potencias

Nueva Delhi y Pekín se comprometen a duplicar el comercio bilateral en 2010

Empeñados en convertirse en las potencias del siglo XXI, India y China aseguraron ayer que profundizarán en su alianza estratégica y manifestaron su disposición a impulsar la coexistencia pacífica de los dos países. "Hay espacio suficiente para que los dos países se desarrollen juntos en una forma mutuamente beneficiosa", declaró el primer ministro indio, Manmohan Singh, tras la entrevista mantenida con el presidente chino, Hu Jintao, que visita oficialmente India. Ambos líderes se comprometieron a duplicar para 2010 el comercio bilateral.

Impulsados por el pragmatismo que gobierna las dos potencias emergentes más dinámicas del mundo, Nueva Delhi y Pekín parecen haber comprendido que pueden obtener grandes beneficios de la cooperación mutua tanto a nivel bilateral como en los foros internacionales. El diario oficial China Daily, al referirse al viaje de Hu, destacó que fortalecerá las relaciones mutuas en la esfera "política, militar, cultural, científica, tecnológica y educacional". Hu Jintao es el segundo presidente de la historia de China que visita el vecino país, después de que lo hiciera en 1996 Jiang Zemin.

Cortejada por Estados Unidos, país con el que ha firmado un pacto nuclear, India no está dispuesta a ser utilizada para frenar la emergencia de China, sino que más bien pretende aprovecharla para incrementar su propio desarrollo y su peso en las instituciones internacionales. Pekín, a su vez, no se deja intimidad por el cerco de las alianzas estadounidenses: Hu llegó a Nueva Delhi después de pasar por Pakistán y firmar con el principal rival indio un pacto nuclear.

Hasta ahora el mejor reflejo de la mejora de las relaciones entre los dos países es el comercio bilateral, que alcanzó el año pasado los 18.700 millones de dólares (14.600 millones de euros), después de un incremento sobre el año anterior del 38%. Hu y Singh se comprometieron ayer a duplicarlo antes del año 2010. Los lazos entre los dos países son ya "irreversibles", declaró Manmohan Singh.

Todo apunta a que Pekín y Nueva Delhi han decidido echarse a la espalda medio siglo de desencuentros, que comenzaron con la decisión india de dar refugio al Dalai Lama y a otros dirigentes y funcionarios tibetanos que le acompañaron tras la revuelta de 1959 en el llamado Techo de la Tierra y que culminaron en la guerra fronteriza de 1962, en la que India sufrió una estrepitosa derrota.

El prestigioso diario indio The Hindu destaca el interés mostrado por Hu Jintao en la resolución del conflicto fronterizo. La pronta solución de esta disputa fue considerada por el presidente chino "fundamental" para reforzar los objetivos estratégicos y los intereses comunes de los dos países. Hu indicó que se deben explorar caminos que faciliten una salida "justa, razonable y mutuamente aceptable", de manera que la paz y la tranquilidad reine a través de la larga frontera común.

En los años ochenta, delegaciones de los dos países realizaron ocho poco fructíferas rondas de negociaciones sobre las disputas fronterizas, pero sólo en el año 2000 ambos Gobiernos aceptaron los mapas con las reclamaciones del contrario para estudiarlas. El reconocimiento por India en 2003 de que Tíbet es parte de China y por China en 2005 de que Sikkim es territorio indio rompió los principales obstáculos para negociar un acuerdo.

Con sistemas de desarrollo distintos -India basado en la tecnología de la información y China, en las manufacturas-, ambos Gobiernos quieren aprovechar la experiencia del contrario para mejorar su propio modelo. En un momento en que el Gobierno chino ha decidido que es hora de invertir fuera, India precisa de enormes sumas de inversión en infraestructuras para fomentar también la industria manufacturera, que es la que crea empleo. China, a su vez, está necesitada de profesionales y técnicos con un buen nivel de inglés.

Pero si la alianza económica es importante -en ella se incluye un floreciente comercio transfronterizo-, la diplomática tiene tanto o más interés. Los dos Gobiernos defienden a capa y espada la necesidad de crear un mundo multipolar en el que Asia sea uno de los grandes agentes de la globalización. En este sentido, ambos impulsar el renacer de Asia.

Después de una entrevista de casi tres horas de duración. Singh señaló que las conversaciones habían sido "cordiales" y reflejaban la voluntad de los dos vecinos por estrechar los lazos y la confianza.

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