La corrupción inmobiliaria
¿Quiénes son los verdaderos antisistema? ¿Los miles de manifestantes en Barcelona que quisieran pagar por su vivienda, pero que ya no pueden, al haber subido ésta tres y hasta cinco veces? ¿O los intereses inmobiliarios internacionales allí reunidos que, sin producir materias primas, industrias o servicios, por puras maniobras especulativas sobre el suelo y otros elementos, han llevado a esa situación límite?
¿Cómo puede funcionar correctamente la agricultura, los productos industriales, los servicios todos, con ese tremendo e injusto acaparamiento de los especuladores inmobiliarios? Y todavía hay algunos, como el ex candidato a alcalde de Barcelona por el PP, Enrique Lacalle, que han tenido el valor de decir que es "un modelo extraordinariamente a seguir", y que la corrupción es sólo un hecho puntual del sur de España, como Marbella.
Es inútil intentar tapar el cielo con la mano. Cada día se descubren nuevos y enormes casos de corrupción de funcionarios y políticos de los distintos partidos, que han dejado pudrir la situación hasta estos extremos, que hacen inviable el sistema, víctima de su terrorismo inmobiliario. Ni la economía ni la democracia podrán funcionar medianamente bien hasta que no solucionemos este cáncer que corroe ya nuestra entera vida social.
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