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El Gobierno otorga un perfil bajo a la visita del presidente de Guinea

Exteriores defiende que Teodoro Obiang avanza hacia la democracia

El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, volvió ayer a Madrid, pero no por la puerta grande. El Gobierno ha dado un perfil muy discreto a la visita de un personaje cuestionado internacionalmente por indicios de corrupción y denuncias de violaciones de los derechos humanos. El hecho de que la visita se produzca tras más de un lustro de ausencia es suficientemente relevante desde el punto de vista diplomático y marca un hito polémico. El Ministerio de Exteriores insiste en que Obiang avanza hacia la democracia.

El programa de la visita ha sido trabajado hasta el último momento para evitar las preguntas incómodas y las eventuales protestas de representantes políticos. Las de la oposición guineana serán más difíciles de evitar, y preocupan al Gobierno español. No habrá comparecencias de prensa de Obiang. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero le recibirá esta tarde en La Moncloa aproximadamente durante una hora. Pero, en contra de lo habitual, no comparecerá después con él ante los periodistas.

El rey Juan Carlos recibirá al presidente guineano esta noche en la Zarzuela, donde habrá una cena. Pero será privada, de modo que en ningún momento de la visita se pronunciarán discursos. Si los interlocutores españoles tienen intención de recordar al dirigente africano los valores de la libertad y el Estado de derecho, no será en público, porque han evitado la ocasión de hacerlo.

En la agenda de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo está libre la hora del almuerzo. En días pasados se trabajó con la hipótesis de que almorzara con el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que fue quien le cursó la invitación el pasado mes de octubre en Malabo para que realizara esta visita a Madrid, y quien anoche le recibió en el aeropuerto. Pero es insólito que un ministro se convierta en anfitrión de una comida con un jefe de Estado. Se intentó organizar un almuerzo con empresarios, que no pudo ser por plantearse tarde.

Intención didáctica

Esta visita de Obiang, que en Malabo se anunció como "oficial", ha quedado así reducida al rango de "visita de trabajo", el tercero de la clasificación protocolaria que encabezan las visitas "de Estado". Por debajo de la visita de trabajo quedan sólo las privadas. De este carácter fueron las visitas de Obiang a España en 2001 y 2002, y el entonces presidente, José María Aznar, le recibió sin prensa.

El programa de hoy se completa con dos actos institucionales a los que, dada la situación guineana, se les puede atribuir alguna intención didáctica. Teodoro Obiang visitará el Congreso de los Diputados, pero tan sólo para firmar en el libro de honor y saludar al presidente, Manuel Marín. Un encuentro, como se ha hecho otras veces, con representantes de los grupos parlamentarios hubiera implicado la casi certeza de que más de uno se ausentara para causar un desaire. También acudirá al Consejo General del Poder Judicial para entrevistarse con el presidente de la Comisión de Exteriores.

El presidente de Guinea se reunirá finalmente con empresarios españoles en el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, donde quizás hable en público. La visita de Obiang Nguema tiene un sentido político básico, según se subraya desde Exteriores, ya que responde a la realidad de que, siendo la única ex colonia española en el África subsahariana, las relaciones de España con Guinea resultan insoslayables.

Su interés actual y creciente, desde que hace una década Malabo se revelara como la tercera capital africana del petróleo, es, sin embargo, económico.

Para demostrar que la evolución del régimen de Obiang es positiva, Exteriores ha difundido datos como que el Gobierno guineano ha aprobado una nueva ley de hidrocarburos que amplía el control fiscal sobre el principal activo del país; que ha liberado recientemente a cuatro presos y ha suspendido la aplicación de la pena de muerte a otros cuatro; ha adoptado algunas iniciativas a favor de la mujer y la buena marcha de sus relaciones con la UE demuestra que algo se mueve en derechos humanos.

Moratinos insistió antes de esta visita en que Obiang sancionó y promulgó el pasado 9 de noviembre una nueva ley contra la tortura. Y recientemente, respondió a las objeciones de la prensa con el argumento de que los españoles tienen que decidir si quieren tener o no relaciones con el único país africano que habla castellano y añadió, que, si las quieren, tendrán que ser amistosas y por la vía del diálogo. Moratinos almorzará hoy con su homólogo guineano, Pastor Michá, y luego comparecerán ante la prensa. Será la única autoridad española que hable del evento.

Miseria y superlujo

Moratinos transmitió la invitación a Obiang durante un viaje a la ex colonia en el que fue acompañado por el presidente del Repsol-YPF, Antonio Brufau; del grupo Isolux, Luis Delso, y representantes de Endesa, BBVA y el sector pesquero. El escándalo de Guinea es que, con una renta per cápita que supera ya los 7.000 dólares y sitúa al país en el puesto 43 de la riqueza en el mundo, su posición en los índices de desarrollo humano se encuentra en la cola de la lista, con el puesto 121.

La mayoría de los guineanos vive con menos de un dólar al día, mientras el hijo del presidente, conocido como Teodorín, que es también ministro del Gobierno, recorre el mundo en coches de superlujo y compra casas en Malibú, París y Londres. No es difícil adivinar dónde terminan los recursos petrolíferos guineanos.

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