Obrador moviliza a sus partidarios para boicotear al presidente de México

La maquinaria política que sigue detrás del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que como candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) perdió las elecciones presidenciales el pasado 2 de julio por un estrecho margen de votos, trabaja a marchas forzadas para movilizar a más de un millón de mexicanos el lunes 20 noviembre, día de su "toma de posesión" como "presidente legítimo" de México, según se postula él mismo.

El acto se realizará pocos días antes de que el conservador Felipe Calderón jure como presidente electo -el 1 de diciembre-, aunque todavía se desconoce dónde lo hará, pues diputados y senadores opositores afirman que no permitirán que sea en el Congreso.

A mano alzada, el pasado 17 de septiembre, cientos de miles de mexicanos reunidos en la plaza del Zócalo, el corazón político de México, nombraron a López Obrador "presidente legítimo". El próximo 20 de noviembre, en que se conmemora el inicio de la Revolución de 1910, el líder izquierdista comenzará su gobierno, que, según ha advertido, será una organización política en la que "buscaremos articular toda la fuerza" que se fue construyendo en los últimos años en torno a su figura.

López Obrador está de gira, parece que no ha dejado de ser candidato, pero ahora en cada plaza que visita reitera que la derecha "fascista" que apoya a Calderón "nos robó la elección presidencial". E invita a sus simpatizantes a invadir el Zócalo de la ciudad de México, en un espectáculo político, en el que su partido y sus asociados en la coalición Por el Bien de Todos muestren el músculo y desborden la plaza para impactar a la nación entera.

Capacidad de movilización

El PRD heredó en la capital del país y alrededores decenas o cientos de organizaciones sindicales, sociales y políticas corporativas, que antes manejó el Partido Revolucionario Institucional (PRI, que gobernó México siete décadas) y es capaz de movilizar en horas a cientos de miles de personas. Quizá por eso, José Agustín Ortiz Pinchetti, secretario de relaciones políticas del equipo de gobierno de López Obrador, aseguró que los trabajos para la "toma de posesión" del "presidente legítimo" se encuentran muy avanzados.

Tras su derrota en las urnas el 2 de julio, López Obrador ha culpado al Gobierno del presidente Vicente Fox, a la derecha "fascista", a ex presidentes, e incluso a la prensa, de su fracaso; pero sabe que necesita un escenario mediático y ha brindado su apoyo al polémico grupo Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO).

Mientras se prepara la plaza pública para que López Obrador se autoproclame "presidente legítimo", el próximo mandatario constitucional, el presidente electo Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), no tiene el escenario conformado. La entrega de poder debe realizarse en el Palacio Legislativo de San Lázaro, pero los perredistas y algunos de sus socios mantienen en el aire la idea de boicotear el acto protocolario, tal y como hicieron el pasado 1 de septiembre, cuando tomaron la tribuna del Congreso e impidieron que Fox rindiera su tradicional informe a la nación.

Allí será donde el presidente saliente debe imponer la banda presidencial a Calderón. Se trata de un acto simbólico, pues el propio Calderón ha dicho que él será el nuevo presidente mexicano a partir del primer minuto de diciembre, pero tiene gran relevancia política. El portavoz de Fox, Rubén Aguilar, dijo ayer sobre el tema que la Cámara de Diputados es la responsable de garantizar el relevo presidencial "en las condiciones que merece la República", al tiempo que sostuvo: "Cada una de las fuerzas políticas de este país se hace responsable de sus dichos y sus actos".