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Hospitalizadas 267 personas este año por anorexia o bulimia

Los tres hospitales valencianos con unidades de trastornos de la conducta alimentaria -La Fe en Valencia, San Juan en Alicante y el General de Castellón- han atendido a 267 pacientes en sus camas a lo largo de este año, fundamentalmente por casos de anorexia y bulimia.

La cifra la anunció ayer el consejero de Sanidad, Rafael Blasco en la inauguración de las jornadas Trastornos de la Conducta Alimentaria: anorexia y bulimia nerviosa que se celebran hasta el viernes en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Valencia. Blasco indicó que junto a la consejería de Educación, se desarrolla un programa de prevención y detección de estos problemas. Estas actividades se ofrecen a 226 centros escolares y han servido para detectar 147 casos de anorexia y bulimia. En función de su gravedad, estos escolares son derivados a las unidades de trastornos de la conducta alimentaria o a las consultas de atención primaria.

En las jornadas se puso de manifiesto que los hijos cuyos padres padecen trastornos alimentarios tienen una mayor probabilidad de sufrir este problema, que afecta a cerca del 1% de la población, y puede llevar al suicido al 5% de los jóvenes afectados. Mae Lynn Reyes Rodríguez, del departamento de Psicología de la Universidad de Puerto Rico, explicó que en el caso de la anorexia existe una predisposición genética a sufrir la enfermedad, aunque precisó que el riesgo es mayor si, además, se combinan factores como tener baja la autoestima, las burlas de compañeros en niños con sobrepeso, la presión social o el tipo de alimentación.

Edades muy tempranas

Reyes alertó de que el inicio de estos trastornos se produce en edades muy tempranas y consideró esencial comenzar la prevención en niñas de entre 9 y 12 años, ya que la transición entre la niñez y la adolescencia "es un periodo de alto riesgo, especialmente en las niñas", informa Efe. "Si se observa que el niño o niña comienza a hacer dietas o a tener una baja autoestima, porque afirma no estar igual que otros niños más delgados, los padres deben ponerse en alertar", señaló la experta, quien agregó que la familia "no debe fomentar la crítica, sino trabajar en la aceptación del cuerpo y en promover hábitos de ejercicio y alimentación saludable".

May Lynn Reyes Rodríguez explicó que si los padres "observan que el niño o niña ha tenido cambios de conducta o que no se siente cómodo ni feliz consigo mismo, es momento de hablar con él o ella y ver que está ocurriendo. Si no se puede manejar como una conversación familiar, será necesario buscar ayuda profesional". "Lo importante es promover la autoestima, el sentido de la aceptación y de que todos no somos iguales", señaló la experta, quien agregó que también es necesario "promover hábitos alimentarios saludables y espacios para la actividad física".

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