"La gente se siente más segura en el metro que en la calle"

Rafael Sarria (Leioa, 1949), ingeniero industrial, es desde el pasado día 1 el director gerente de Metro Bilbao, tras la jubilación del anterior responsable, Josu Sagastagoitia. El suburbano cumplió ayer 11 años.

Pregunta. Accede a la dirección del medio de transporte mejor valorado en Euskadi, totalmente consolidado y todavía en expansión. No es un trabajo para decir que no.

Respuesta. Evidentemente. Es un reto profesional precioso. El metro de Bilbao destaca por la fiabilidad de su servicio, su limpieza, su personal, su infraestructura con su valor arquitectónico y, sobre todo, que en Vizcaya se considera al metro como alguien de la familia. Llevo cuatro meses metido en Metro Bilbao y he tenido la gran suerte de convivir con el padre del metro [Josu Sagastagoitia], aunque sé que este calificativo no le gustará a él. Hay 602 personas altamente cualificadas y absolutamente implicadas en lo personal, con un talante de participación.

"Voy a ser continuador, que no continuista. Lo que funciona no hay que cambiarlo. Pretendo liderar el gran equipo que tengo"

"La culpa de que haya atascos en la Margen Derecha, cuando hay metro, es de los conductores, pero la responsabilidad es de todos"

P. ¿Cómo se pasa de la altura del Puente Vizcaya, del que ha sido su responsable, al subterráneo del metro?

R. Bajar es fácil; subir suele ser lo complicado, pero son dos hitos igualmente ilusionantes. El Puente Vizcaya era recuperar un valor arquitectónico del siglo XIX y el primero construido en el mundo y ponerlo en condiciones para que fuera un transporte digno del siglo XXI. Fusilé todos los sistemas técnicos y automáticos del metro. La similitud con el metro es que aquella es una joya antigua y ésta moderna; aquella emblemática para Vizcaya y ahora está en valor universal como Patrimonio de la Humanidad, y el metro, un transporte de relevancia puntero. El reto es más fácil con un gran equipo y una gran plantilla.

P. ¿Cuáles son sus objetivos a corto plazo?

R. Ya he dicho que voy a ser continuador, que no continuista. Lo que funciona no hay que cambiarlo. El metro tiene una aceptación del 8,5. Voy a continuar con un gran equipo. Pretendo liderarlo y mejorarlo en función de las ideas que surjan.

P. El metro es también el transporte en el que cualquier incidencia sale a la luz pública.

R. Cualquier constipado del metro parece una pulmonía. Incidencias en un transporte público hay en todas las partes del mundo. En el metro tienes la probabilidad de un 0,2 entre un millón. Ante eso, lo primero es la formación del personal, que está altamente cualificado, y la seguridad. Primamos la seguridad de nuestros empleados y, paralelamente, la de los usuarios. Distinguimos la preventiva, que es el 85-90%, y sólo hay un 10% de correctiva. La gente, cuando se siente insegura, se mete en el metro. La sensación de seguridad, habitualmente, es mucho mayor en el metro que fuera, en la calle.

P. ¿Cómo está la cuestión tras los incidentes del verano?

R. Ahí nuestro personal demostró su alta sensibilidad e integración. Veían que no podían aceptar eso de manera gratuita. Y nosotros, la dirección, estuvimos con ellos. Lo que pretendía realmente nuestro personal es que la ciudadanía se diese cuenta del problema que subyace y que existe. Aquello fue un tema puntual del que no estamos libres de que vuelva a ocurrir.

P. Pero los altercados en el metro se han ido incrementando durante los últimos años.

R. Es la evolución de nuestra sociedad. En Madrid, Barcelona, Valencia tienen bastantes más incidentes por viajero que nosotros. No somos partidarios de más medios correctivos, sino de educar.

P. ¿Va a aumentar el gasto por seguridad?

R. Es nuestro tercer capítulo de gasto, por detrás del personal y la energía. Son cuatro millones de euros.

P. ¿En qué aspectos del servicio quiere incidir más?

R. Mejorar nuestra calidad de servicio para superar el notable y lograr el sobresaliente. Sé que si todo va mejor es por este gran equipo, pero si empeora es culpa exclusivamente mía.

P. ¿Encuentra explicación a los atascos diarios que se producen en La Avanzada [la carretera que atraviesa la Margen Derecha] cuando existe metro en toda esa zona?

R. Se llama egoísmo, falta de sensibilidad, economía emergente. La culpa la tienen ellos [los conductores], pero la responsabilidad es de todos. Hay que abrir áreas de aparcamiento disuasorias, como en Etxebarri, donde hay un 30% que ya no entra en el parking.

P. ¿Cómo ve el metro dentro de diez años?

R. Será lo que quiera la ciudadanía de Vizcaya. Donde haya masas, habrá metro, un servicio público de transporte o combinado. Si la economía va como ahora, desde luego que seguirá expandiéndose.