Ejecutivas y madres
Tres presidentas de empresas familiares comparten sus vivencias
"Cocinas mientras preparas un discurso y ves cómo cena el niño, suena el teléfono... y lo coges porque tu marido está leyendo el periódico". Mar Raventós, presidenta del Grupo Codorniu; Carmen Riu, copresidenta de Riu Hoteles, y Dolóres Font Cortés, diseñadora y fabricante de trajes de baño para niños y mujeres, compartieron esta semana en Valencia sus vivencias como ejecutivas y madres en una mesa redonda organizada con ocasión del IX Congreso del Instituto de Empresa Familiar. Las tres combinaron trayectorias profesionales y peripecias familiares con elegancia, naturalidad, firmeza y una sensibilidad muy directa. Raventós y Font Cortés subrayaron la flexibilidad como un valor que escapa a la capacidad de los hombres. Riu destacó la humildad: "Para crear equipos, para delegar y aprender de todos, para liderar, hace falta ser humilde".
Mar Raventós, Carmen Riu y Dolóres Font explican sus vivencias como ejecutivas y madres en el IX Congreso del Instituto de Empresa Familiar
La historia de la familia Raventós se remonta hasta 1551, aunque la empresa se constituyó formalmente en 1885. El Grupo Codorniu controla 11 bodegas y emplea a un millar de trabajadores. Carmen y Luis Riu son copresidentes de un imperio que creció a partir del primer hotel de la familia, donde se criaron. El grupo Riu cuenta con 110 hoteles en 17 países que emplean a 18.000 trabajadores. Dolores Font Cortés gestiona la gran empresa textil en que se ha convertido el pequeño taller que organizó su madre y cuya marca se asentó a partir de 2000, cuando participó por primera vez en un desfile de la Pasarela Gaudí.
Mar Raventós recordó que a los 14 años rompió algún esquema: "En casa esperaban que hiciera puericultura y me casara, pero me matriculé en quinto por libre". Siguió estudiando hasta que se licenció en Económicas y en Filosofía y Letras. "Cuando entré en la empresa me dieron un lápiz y media goma", una prueba de "la reciedumbre" de los valores de la firma.
Dolóres Font Cortés, médico, tiene su propia consulta de fisioterapia, donde sólo trabajan mujeres. Y asumió la gestión de la empresa textil de su madre, donde toda la plantilla es femenina, cuando la fundadora se jubiló, al menos formalmente. Y aportó el diseño a la producción de bañadores.
Carmen Riu, economista, hizo estudios de posgrado en el Instituto de Empresa. Pero su escuela fueron "los almuerzos y cenas en casa, donde los mayores discutían los problemas de trabajo". La hostelería funciona "24 horas al día, 365 días al año y, sobre todo, los festivos", apuntó Riu, que desde los 13 años ha trabajado cada verano en cada uno de los distintos departamentos de un hotel "salvo cocina", para aprender cómo "la satisfacción del cliente es un valor en sí mismo".
La plantilla de Font Cortés es femenina en su inmensa mayoría, pero ni Codorniu ni Riu han favorecido la incorporación de mujeres a puestos de responsabilidad o han primado a sus empleadas. Carmen Riu explicó que "hace unos años, el 54% de los hoteles de la cadena estaban dirigidos por una mujer, hoy son el 38%".
El Instituto de Empresa Familiar rechaza expresamente que los consejos de administración deban albergar una cuota mínima de mujeres. "Los cupos me parecen espantosos", confirmó Raventós. La capacidad quedó consagrada en el coloquio como el único requisito que debería ser exigible para acceder a determinados cargos. Y Font Cortés deslizó la última reflexión: "Hay mujeres que se autolimitan porque no quieren complicarse la vida, no quieren hacer encaje de bolillos, y eso es muy respetable".
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