Educación diseñará para el próximo curso un nuevo mapa escolar que sustituya al de 1995

El Parlamento instó ayer al Departamento de Educación a elaborar un nuevo mapa escolar que entre en vigor el próximo curso escolar. La petición contó con el apoyo de todos los grupos menos el PP, que se abstuvo. El hecho de que el tripartito respaldara la propuesta y de que EA, partido que ocupa la cartera de Educación, reconociera la importancia de actualizar la planificación garantiza que el mandato parlamentario será cumplido por el departamento que dirige Tontxu Campos. La portavoz de EA, Idoia Cuadra, calificó el futuro mapa escolar como "uno de los pilares del sistema educativo"

El mapa escolar es el documento que permite a los padres planificar el itinerario que van a seguir sus hijos - establece los colegios a los que tendrán que acudir según la zona en la que vivan- desde que tengan edad escolar (a partir de 3 años) hasta que finalicen la enseñanza obligatoria (16 años) y postobligatoria (19 años). Este instrumento de planificación educativa fue elaborado por el actual consejero de Educación, Inaxio Oliveri (EA), y aprobado por decreto en 1995, por lo que lleva en vigor 11 años.

La propuesta que salió ayer aprobada fue transaccionada por todos los grupos, menos el PP, a partir de una iniciativa del PSE. En el texto se pide al departamento que consulte con los agentes sociales y educativos de referencia la elaboración del mapa, que debe presentarse al Parlamento en el mes de mayo. La planificación, especifica la propuesta, deberá tener en cuenta a todos los centros, tanto de titularidad pública como de privada concertada.

Además, la Cámara insta a Educación a vincular las escuelas infantiles del consorcio Haurreskolak a la red pública, asignando un colegio de referencia a cada centro de esta red y planificando una oferta pública para todo el ciclo de 0 a 3 años. Haurreskolak es un consorcio formado entre la consejería y los ayuntamientos pero, al atender una etapa de la enseñanza no obligatoria, no es gratuita.

La socialista Isabel Celaá, quien se encargó de defender la iniciativa original, recalcó la necesidad de que haya una planificación conjunta para los centros públicos y los concertados, porque no se puede mantener un sistema en el que se den "iguales o más derechos a quienes no comparten las mismas obligaciones". Celaá se quejó de la falta de planificación que preside el funcionamiento del mapa escolar actual y la calificó de "letal" para la escuela pública, porque con la situación actual no hay posibilidad de continuidad en la educación no universitaria dentro de la red pública, como sí ocurre en la privada.

Según Celaá, la falta de previsión y de voluntad política para modernizar y potenciar la escuela pública ha impedido ofertar a tiempo y en cantidad suficiente plazas escolares para las nuevas necesidades derivadas por el repunte de la natalidad o las migraciones internas.

"Batalla innecesaria"

A pesar de tratarse de un texto transacionado, las críticas de Celaá espolearon al tripartito, especialmente a EA. Su portavoz, Idoia Cuadra, le replicó que el mapa escolar que existe en la comunidad autónoma lo elaboró un consejero de su partido, en referencia a Inaxio Oliveri, y que no existe ningún mapa escolar conjunto de la red privada. Tras destacar que el futuro mapa será "uno de los pilares del sistema educativo", rechazó la censura de Celaá y le recordó que el departamento lleva trabajando más un año en el documento.

Mientras, el representante del PP, Iñaki Oyarzabal, justificó la abstención de su grupo al entender que con la propuesta se pretende "abrir una batalla innecesaria entre la [escuela] pública y la concertada". Por eso, abogó por elaborar un nuevo mapa escolar que "responda a lo que realmente quieren las familias" de los alumnos y pidió al departamento que "se ponga las pilas para poner a la escuela pública en disposición de competir con la privada".

El debate sobre la necesidad de reformar el mapa escolar no es nuevo en el Parlamento. En 2000, la oposición (formada por PP, UA, IU y PSE) se unió en la exigencia de que el mapa escolar se modificara porque, tal y como estaba diseñado, no daba satisfacción a los padres a la hora de ejercer su libertad de elección del modelo lingüístico en el que quieren que estudien sus hijos. En Euskadi hay tres modelos: el A (enseñanza en castellano con el euskera como asignatura), el B (bilingüe) y el D (enseñanza exclusivamente en euskera con el castellano como asignatura). Según la oposición, el mapa primaba a los centros educativos que ofertaban el modelo lingüístico D, marginando a la periferia de las ciudades a los colegios con modelo A. Según la oposición, dee esta forma Educación buscaría disuadir a los padres de elegir la enseñanza en castellano. El Gobierno de PNV y EA se salvó de la derrota gracias al inesperado apoyo de Euskal Herritarrok.