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Cultura inaccesible

Andrea Aguilar

Del dicho al hecho. Ésta es la distancia que el ingeniero Eugenio Ramos Llinás intenta salvar denodadamente desde hace más de cuatro años con su silla de ruedas. Entonces inició sus inspecciones a distintos espacios culturales de la capital. Quería comprobar si realmente eran accesibles para discapacitados. "Los he visitado uno a uno", enfatiza Ramos, secretario de la asociación Transportes sin Barreras. Las conclusiones de sus detallados estudios de 2003 arrojan unos resultados demoledores. De 87 espacios dedicados a exposiciones sólo 37 eran accesibles y de éstos sólo 27 tenían baños adaptados. "En los museos ha habido pocas modificaciones. Incluso el Sorolla, reformado recientemente resulta inaccesible por un terrible escalón a la entrada", señala Ramos.

En el Ayuntamiento aclaran que sólo uno de los tres museos dependientes del Área de Las Artes es totalmente accesible: el Museo de la Ciudad. El Municipal está en obras y el de San Isidro sólo tiene adaptada la primera planta para poder entrar con silla de ruedas. Añaden que tanto el Centro Cultural Conde Duque como el de la Villa están totalmente adaptados.

Los bordillos de Gran Vía

Las únicas bibliotecas señaladas por las autoridades municipales como no adaptadas -ni adaptables debido a las características de los edificios- son las de Carabanchel, Vallecas y Canillejas. "Los problemas surgen por la mala planificación y el desconocimiento de los arquitectos y aparejadores", afirma Ramos. Entre los casos más flagrantes cita la Gran Vía, espacio perfectamente diseñado para las sillas de ruedas pero intransitable para los invidentes por unos bordillos en las aceras muy rebajados que los hacen imperceptibles para ellos.

"En muchos lugares los fallos se intentan suplir con la ayuda de la gente. Pero no se trata de eso sino de que uno pueda entrar o salir a voluntad de los sitios sin depender de los demás", dice Ramos.

Y por encima de cualquier otro obstáculo: las obras. "Salir a la calle en silla de ruedas es una heroicidad", denuncia. La actualización completa de sus informes está pendiente del cierre de las zanjas, pero de momento señala los cines como zona de alarma: "Vamos a peor. El Juan de Austria perfectamente adaptado lo han cerrado y en el Verdi construido hace muy poco sólo son accesibles las salas de abajo".

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Por otro lado, Ramos añade que la Ley 8/93 de eliminación de barreras de la Comunidad de Madrid establece que los cines y los teatros tienen que tener lugares reservados y señalizados para discapacitados. "Sólo el cine Palafox tiene tres sitios señalizados".

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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