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Reportaje:

El chiste que se volvió error trágico

La política laboral de Ryanair determina el rechazo de Aer Lingus a su oferta de compra

Tres jugadores de rugby con pinta de matones y dientes afilados que llevan camisetas de Lufthansa, British Airways y Air France provocan un ligero temblor en otros dos chavales irlandeses mucho más menudos, Ryanair, la mayor aerolínea de bajo coste de Europa, y Aer Lingus. La viñeta creada por la aerolínea de bajo coste irlandesa para publicitar su intento de hacerse con el control de la compañía de bandera de la isla verde emplaza a la unión entre ambas: "Hombro con hombro conquistando el mundo". Toda una declaración de intenciones.

Pero a la recientemente privatizada Aer Lingus (de la que Ryanair posee ya casi un 20%) no le hace ninguna gracia el chiste, muy en la línea provocadora de la compañía que dirige el histriónico Michael O'Leary. El viernes el presidente de Aer Lingus, John Sharman, instó a sus accionistas a rechazar la oferta de Ryanair, que valora la compañía en 1.480 millones de euros. La considera "irrisoria, mal concebida, contradictoria y anticompetitiva". Arguye Sherman que Ryanair su principal competidora en las rutas de corta distancia "ha reaccionado hostilmente para eliminar a su rival".

"Demuestra una actitud hostil a los sindicatos y carece de experiencia en el largo radio", explica el presidente de Aer Lingus
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Pero a quienes tiene que convencer Ryanair es fundamentalmente a los trabajadores de Aer Lingus. El Gobierno irlandés mantendrá su 23,35% y su rechazo a Ryanair, los pilotos de la compañía se han lanzado en las últimas semanas a comprar acciones hasta alcanzar más del 3% del capital para frenar la OPA, lo mismo que el empresario irlandés Denis O'Brien, que adquirió otro defensivo 2%. El resto de trabajadores poseen más del 12%. Y temen que Ryanair (con 3.700 empleados) cumpliese su intención de recortar algunos de los 3.200 puestos de trabajo de la aerolínea.

"Ryanair no tiene la experiencia de gestión apropiada, demuestra una actitud hostil a los sindicatos y carece de experiencia en el largo radio", explica Sherman. O'Leary ya ha reconocido que no podrá hacerse con el control de Aer Lingus sin el apoyo de los trabajadores. Ni los 2,8 euros por acción en efectivo ni las ventajas fiscales han convencido a éstos, que el viernes también rechazaron la oferta al tiempo que señalaban la "virulenta hostilidad" de Ryanair frente a los afiliados a sindicatos.

El propio O'Leary se jacta de tener 10.000 pasajeros por cada empleado frente a 2.500 de Aer Lingus. Una productividad que según el director ejecutivo se traduce en salarios más altos que la media del sector, lo que niegan los sindicatos españoles. Los empleados de Ryanair "trabajan un poco más duro que en las compañías de bandera pero también ganan más dinero. En otras compañías hay gente en los aeropuertos sin hacer nada".

Uno de sus mayores rivales, Easyjet, augura grandes males derivados de la estrategia de ignorar a los sindicatos y negociar de manera individual con los empleados. "Vivir de espaldas a los sindicatos es un error trágico", decía hace unos días en Madrid el director de Easyjet para el sur de Europa, Arnaldo Muñoz.

Pero no parece que Ryanair se haya replanteado su política laboral. Al menos no en España. Mientras O'Leary estaba en Madrid el jueves estrangulando simbólicamente a Iberia, representada por un hombre disfrazado de vampiro, nadie de su empresa acudía a la reunión convocada a esa hora por la Generalitat de Cataluña para mediar en el conflicto que mantiene con sus trabajadores de asistencia en tierra (handling).

Comisiones Obreras, que durante la pantomima de O'Leary le calificaba de "cowboy" a gritos desde la calle, ha convocado huelgas de 24 horas mañana y todos los lunes de noviembre y cuatro jornadas más en diciembre para exigir el cumplimiento del convenio del sector.

MP2, el primer aeropuerto de bajo coste

El aeropuerto de Marsella-Provenza inauguró hace unos días la primera terminal europea especializada en compañías de bajo coste. Hasta ahora esas aerolíneas habían elegido aeropuertos infrautilizados (como es el caso de Girona y Reus en España), pero ésta es la primera vez que un aeropuerto importante (Marsella es el cuarto de Francia con 5,85 millones de viajeros en 2005) destina una terminal sólo para compañías de bajo coste.

El aeropuerto de Marsella está gestionado por la Cámara de Comercio e Industria de la región.

La inversión para acondicionar en una infraestructura ya existente ha ascendido a 16,4 millones de euros, con la intención de poder dar servicio en un futuro a 3,7 millones de pasajeros al año.

Desde allí se puede volar a 19 destinos en siete compañías (Atlas Blue, Ryanair, Easyjet, Condor, HLX, Virgin Express y la compañía de bandera irlandesa Aer Lingus). Eso sí, no hay aire acondicionado, los pasajeros tienen que llevar su maleta a cuestas (no hay carritos) hasta el control de seguridad, donde una cinta transportadora se hace cargo del equipaje, al que previamente se le habrá colocado la pegatina de identificación en el mostrador de facturación.

Tampoco hay pasarelas de embarque, de modo que el viajero debe dirigirse caminando al avión y subir por las escalerillas. Se trata de un edificio bastante austero donde por no haber no hay ni siquiera muchos asientos para acomodar la espera.

Pero este ascético aeropuerto supone unos precios mucho más bajos para las aerolíneas, ya que la tasa por pasajero es de sólo 1,30 euros, frente a los 6,17 que cobra el aeropuerto de Marsella en las otras terminales en los vuelos europeos. Air France se ha quejado ya de ese canon "anormalmente bajo".

Una escala en la MP2 costará a las aerolíneas un 60% menos, y el sistema de aparcamiento de los aviones permite reducir las maniobras, con lo que se ahorra tiempo y el coste de los tractores que dan marcha atrás a los aviones.

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