La oposición acusa a Azkarate de inflar el Plan de Cultura para ocultar su inactividad

La oposición considera que el Plan Vasco de Cultura 2004-2008, elaborado y gestionado por el Departamento de Cultura, está inflado y repleto de indefiniciones, lo que ayuda a la consejería a disimular su falta de actividad. Tanto el PP como el PSE exigieron ayer a la consejera, Miren Azkarate, una mayor concreción en sus objetivos y, sobre todo, que determine cuáles son las prioridades culturales del Gobierno para los próximos años. Azkarate les replicó que, de momento, el plan ha servido para conciliar las políticas en la materia de las diferentes instituciones.

La consejera compareció ayer en la Comisión de Educación y Cultura del Parlamento para hacer balance del plan cuando ya han pasado más de dos años de su presentación y quedan otros tantos para que finalice. A lo largo de 90 minutos, Azkarate hizo un repaso del estado de situación de un ambicioso proyecto que aspira a remozar a fondo el sector cultural vasco. El plan incluye apartados de todo tipo, desde la coordinación cultural a medidas de política fiscal, pasando por la reforma legal del tratamiento a las fundaciones. Y todo ello a través de diez pilares estratégicos, cinco vectores centrales, 125 acciones seleccionadas, la creación de 19 grupos de trabajo y aproximadamente el 25% del presupuesto del departamento. El otro 75% se lo reparten EITB y la Viceconsejería de Política Lingüística.

La exposición de la consejera, quien mostró "una satisfacción crítica" por la evolución que está teniendo el documento, no convenció en absoluto a los dos principales grupos de la oposición: PSE y PP. Mientras, EHAK formuló algunas críticas a la programación del canal en euskera de Euskal Telebista por su abuso de los dibujos animados. Azkarate precisó que el 36,7% de las líneas de actuación que recoge el texto se encuentra en fase avanzada, un 26,5% tiene un desarrollo medio y un 36,7% está en su inicio.

Los portavoces de la oposición se sintieron abrumados tras hora y media de una exposición en ocasiones muy técnica. La portavoz del PSE, Isabel Celaá, le espetó a la consejera que el departamento había construido "un gran edificio teórico, de una gran carga conceptual", pero se preguntó: "¿No se está sobredimensionando todo para, al fin de cuentas, seguir con lo mismo que se estaba haciendo? Demasiada alforja para tan poco viaje", zanjó.

Celaá también cuestionó que el plan se haya impregnado de una política cultural identitaria cuando Euskadi es "plural y mestiza". "Es necesario que se aclaren y se precisen los objetivos. Mientras no se especifique todo, los socialistas seguiremos manteniendo una posición crítica", concluyó.

"Síntomas de agotamiento"

Iñaki Oyarzabal, del PP, se mostró muy crítico y su primera referencia fue al carácter "nacionalista" que respira el texto, lo que le convierte en un documento "reduccionista". "Cuando se elaboró este plan no se estaba pensando en la realidad plural del País Vasco", recalcó.

En la línea de la socialista Celaá, el parlamentario popular destacó la "indefinición" que preside el plan, su falta de concreción y una amplitud de análisis que no lleva a nada, salvo "a la confusión". Con todo ello, en su opinión, el departamento trata de disfrazar su inacción en el campo cultural. "Aquí se está produciendo una enfermedad de parálisis debido a un exceso de análisis. Y es que el PNV lleva toda la vida al mando de la cartera de Cultura y su política da síntomas de agotamiento", zanjó.

Oyarzabal también reprochó a la consejera su falta de apoyo al proyecto del Palacio de la Música para Vitoria, que defendía el Ayuntamiento de la capital alavesa, dirigido por el PP. A pesar de que la consejera ha mostrado su respaldo a esta infraestructura, Oyarzabal le acusó de no hacer lo suficiente para suavizar la oposición que ha mostrado al proyecto el grupo municipal del PNV. Esta oposición, sumada a la de los socialistas, ha vuelto inviable el palacio, la obra más ambiciosa del alcalde Alfonso Alonso para el mandato que termina el próximo mes de mayo.

Azkarate admitió que quedan todavía cosas por hacer, que la botella se puede ver medio llena o medio vacía, pero que uno de los logros hasta ahora es la constitución de un foro interinstitucional en el que se contrastan y coordinan las políticas de las diferentes instituciones. "De todas formas, da igual lo que haga el Gobierno porque siempre tendrá el veto del PP, que no tiene ninguna voluntad de consenso", deploró.