Moratinos desata la alarma en Argentina al evocar la vuelta del visado para latinoamericanos

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, desató ayer alarma al evocar, en una entrevista con el diario argentino Clarín, la posibilidad de que la Unión Europea vuelva a introducir el visado de turismo para los latinoamericanos. La advertencia del ministro, llena de cautelas y condicionales, no se refiere a ningún país concreto, pero hecha en vísperas de una cumbre que tendrá como tema central las migraciones, y que los latinoamericanos abordan mayoritariamente con la sensibilidad de países emisores, fue recibida con inquietud incluso en Argentina, origen del tercer colectivo de inmigrantes en España, tras Ecuador y Colombia. El tema será, sin duda, abordado por el presidente argentino, Néstor Kirchner, en el encuentro bilateral que mantendrá en Montevideo con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

Otra declaración de Moratinos que seguía coleando ayer es la de que, aunque el apoyo al proceso de paz en el País Vasco por la cumbre "no está en la agenda", nada impide que pueda estarlo, porque tendría el respaldo garantizado. La Moncloa volvió a precisar ayer que esta frase, dicha el lunes por el ministro, vale en cuanto que el tema, efectivamente, no está en la agenda de la cumbre, y reitera que Zapatero ni ha tenido ni tiene la más mínima intención de plantear el proceso de paz en este foro.

Es notorio que las cumbres iberoamericanas representan un colectivo heterogéneo en el que conviven sensibilidades muy dispares en relación con el terrorismo de ETA. El precedente de José María Aznar, que en 2000 bloqueó la cumbre de Panamá al pedir la condena de los terroristas vascos, dio un ejemplo del debate indeseable que puede suscitar una iniciativa de ese tipo. Colombia sí ha pedido el apoyo de los 22 a las negociaciones con las FARC y el FLN.

Además de Kirchner, puede darse por seguro, según La Moncloa, que Zapatero aprovechará esta ocasión anual de repasar las relaciones de España con los países del mundo latino para entrevistarse con la docena de líderes iberoamericanos de mayor peso, si se prescinde de los caribeños. No es probable que tenga algún contacto directo con la delegación cubana, ya que se prevé que el nivel de ésta sea de ministro de Exteriores. Será Moratinos quien se encargue de seguir aclarando con su homólogo Felipe Pérez Roque el mal sabor de boca que dejó en La Habana la entrevista mantenida con disidentes por el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, durante la reciente asamblea de los No Alineados.

Sí parece, en cambio, que Zapatero verá al presidente venezolano, Hugo Chávez, en la nueva situación creada tras el voto español a favor de Guatemala en el Consejo de Seguridad y la cancelación de la venta de 12 aviones españoles a Venezuela, debido a las barreras técnicas impuestas por EE UU. También se da por seguro que se entrevistará con el boliviano Evo Morales, ahora que las negociaciones de Repsol-YPF parecen encauzadas.

El objetivo de estos encuentros, comentan fuentes de Exteriores, será mantener el buen nivel de interlocución que el Gobierno socialista desea con todos los países de la región, aunque el esfuerzo diplomático se siga concentrando en los que desde el comienzo de esta legislatura fueron señalados como estratégicos: México, Brasil, Argentina y Chile. El almuerzo del Rey y del presidente con el mandatario mexicano, Vicente Fox, programado para el viernes, es una cita consolidada que cada año refleja estas prioridades. México y España fueron los promotores, y siguen siendo los principales financieros, de estas cumbres.

La Moncloa ha cerrado también encuentros con el reelecto Lula da Silva y con Michelle Bachelet, la presidenta de Chile.