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Reportaje:El futuro de Cataluña

Descenso en las urnas

Todas las fuerzas políticas catalanas pierden votos, a excepciónde Iniciativa, mientras CiU se impone en la provincia de Barcelona

La capital de Cataluña, Barcelona, ha dejado de ser feudo socialista. Con los resultados del pasado miércoles, se puede deducir que los electores de la capital han castigado al PSC, también a Esquerra Republicana y algo al Partido Popular. La sangría de votos que sufrió el PSC ha sido el alimento, en parte, de Ciutadans-Partit de la Ciutadania, que en la ciudad ha cosechado 31.951 votos: un 4,51%. Y también se ha producido un trasvase del Partido Popular a Ciutadans.

El PSC ha cosechado el peor resultado de su historia: 172.447 votos (un 24,33%), por debajo de los 178.243 alcanzados en las autonómicas de 1992, hasta ahora el peor registro socialista en la ciudad de Barcelona. CiU fue la formación más votada e incluso logró mejorar algo sus resultados respecto a las autonómicas de 2003. El PSC perdió seis puntos, ERC, tres y el PP, dos. Subieron ICV, un 3%, e irrumpió Ciutadans, que captó el 4,51% de los sufragios.

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En la provincia de Barcelona ganó también CiU, aunque al igual que el PSC retrocedió en votos con respecto a las anteriores autonómicas, si bien el retroceso del PSC es muchísimo mayor. Sus 824.270 votantes se quedaron el pasado miércoles en 615.906. CiU, que obtuvo 715.140 votos en 2003, se quedó anteayer con 659.255. El único partido que mejoró sus resultados fue ICV, que ganó 30.000 votos, mientras ERC perdió 100.000, y el PP obtuvo 65.000 menos. Una parte de los votos perdidos por el PP y el PSC fueron a Ciutadans, que obtuvo 78.307 sufragios en Barcelona.

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Con todo, los socialistas pueden presumir de seguir por encima de CiU en tres comarcas. Las tres forman parte del llamado cinturón rojo de Barcelona: el Barcelonés, que incluye Barcelona; el Baix Llobregat, donde se halla Cornellà, ciudad de la que José Montilla fue alcalde, y el Vallès Occidental. Incluso en este cinturón, los socialistas retroceden, aunque lo hacen menos que en otras comarcas.

En Girona, la repetición de los resultados de 2003 en número de diputados no ha impedido una leve pero significativa modificación de la correlación de fuerzas. ICV ha superado al PP en número de votos y se ha convertido en la cuarta fuerza política de la circunscripción.

Eudald Casadesús, que encabezaba la lista de CiU, minimiza el frustrado intento por arrancar el octavo diputado en tierras gerundenses recordando que se ha estado muy cerca. Los resultados de la federación nacionalista, que ha calcado su porcentaje de las pasadas elecciones (38%) aunque ha perdido unos 14.000 sufragios, demuestran que su voto está muy consolidado. CiU ha ganado en todas las comarcas y en sus capitales. El mayor porcentaje de votos lo ha alcanzado en el Ripollés, donde ha conseguido el 47% de los votos.

Joan Vergés, profesor de Filosofía Política de la Universidad de Girona, piensa que la repetición de resultados no hace más que demostrar que las características sociológicas de los electores gerundenses son enormemente estables. Las recientes elecciones perpetúan la idea del feudo nacionalista y, aparentemente, no hay premios ni castigos relevantes para la gestión reciente de los partidos.

Joan Surroca, ex diputado de PSC-Ciutadans pel Canvi y miembro de la ONG Justícia i Pau, cree que resulta significativa la subida de ICV en una zona de tradición conservadora como son las comarcas de Girona. ERC consiguió mantener sus cuatro diputados. Sorprende el incremento de los votos en blanco y los nulos. Las papeletas en blanco llegaron a las 5.551, pasando del 0,83 % de las elecciones del 2003 al 2,02% de las del pasado miércoles. Los votos nulos fueron 1.677. La suma de votos nulos y en blanco representa en torno a un tercio de los sufragios obtenidos por el PP o por ICV.

Uno de los datos curiosos que deja el escrutinio en la provincia de Girona se encuentra en el municipio de Rupià, donde el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, pasa vacaciones y fines de semana. El PSC ha perdido allí más de la mitad de sus votos, pasando de 35 a 16 sufragios. Sales de Llierca, en la Garrotxa, ha experimentado el mayor descenso porcentual del PSC, con una pérdida del 13,69% de los votos, pero también el mayor incremento porcentual (17%) de ICV.

Las urnas no cambiaron absolutamente nada en la circunscripción de Tarragona, que continúa apostando por CiU, con siete diputados, y ERC, con tres, para mantener la hegemonía nacionalista que perdura desde 1984. El PSC logró sostener su resultado anterior pese a perder casi 15.000 votos, el 2,3% con respecto a 2003, y el avance de ICV, el único partido que ganó votos, el 1,5% más, le dejó aún lejos del segundo diputado. El PP, que temía seriamente perder un diputado y puso todo su empeño en la campaña electoral en las comarcas del Ebro, demostró la fidelización de sus votantes y retuvo los dos diputados que logró en 2003. Y todo esto sucedió con la mayor abstención registrada en unas elecciones al Parlamento: 45 personas de cada 100 no fueron a votar.

Esta desmovilización del electorado tarraconense contrasta con el hecho de que nunca tantos diputados del territorio habían ocupado tantos cargos de Gobierno o institucionales como en la pasada legislatura. La irrupción de Ciutadans-Partido de la Ciutadanía, por otra parte, no trastocó los resultados de Tarragona. Los 6.950 votos que logró -un tercio en la capital tarraconense- no pusieron en peligro ningún escaño de los cinco partidos que obtuvieron representación.

Estas elecciones no han servido para introducir grandes cambios en el mapa parlamentario de Lleida, pero sí para pasar factura a todos los partidos que tenían representación. La principal novedad ha sido la pérdida de un escaño por parte del PSC, en beneficio de ICV, que ha sumado 11.894 votos -3.031 más que hace tres años-, suficientes para poder tener un diputado en la Cámara catalana.

Excepto el PSC, que ya lleva perdidos dos diputados desde 1999, las principales formaciones políticas leridanas pueden estar relativamente satisfechas con los resultados de la noche del miércoles porque han conseguido mantener el tipo a pesar de perder un número considerable de votos respecto a los comicios de 2003.

CiU, al igual que sucedió durante la larga etapa nacionalista en la presidencia de la Generalitat, ha vuelto a ser la formación más votada en el conjunto de la provincia. Ha ganado en las 10 capitales de comarca y sólo ha perdido en 12 municipios, donde ERC se ha impuesto en dos y el PSC, en 10.

Esta información ha sido elaborada por Blanca Cía, Francesc Arroyo, Gerard Bagué, Lluís Visa y Oriol Aymí.

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