Tocar lo intocable
En determinadas ocasiones, colocarse frente a una película (casi) irreprochable técnica y artísticamente, apasionante en el apartado social y político, y rebosante de interés si se observa desde el punto de vista de la vigencia de su temática, e intentar encontrarle defectos, parece tarea de pejiguero con ganas de fastidiar la fiesta. Y sin embargo, Todos los hombres del rey, filme de Steven Zaillian sobre la corrupción y el abuso de poder, poseedora de las virtudes antes descritas, tiene una lacra imposible de olvidar: que ya estaba hecha. Desde el año 1949, cuando el portentoso Robert Rossen adaptó la novela de Robert Penn Warren de la que también parte esta versión, creando una obra maestra (rebautizada en España con el título de El político) cargada de negrura, pasión y pesimismo.
TODOS LOS HOMBRES DEL REY
Dirección: Steven Zaillian. Intérpretes: Sean Penn, Jude Law, Kate Winslet, Anthony Hopkins. Género: drama. EE UU, 2006. Duración: 140 minutos.
¿Qué lleva a un autor prestigioso e inteligente, guionista de La lista de Schindler y director de En busca de Bobby Fischer, a tocar lo intocable? Sobre todo si no se va a ejercer el más mínimo cambio en la narración, ya sea en la estructura, en los personajes o en el tiempo en el que se enmarca la historia. Zaillian compone su tragedia con clasicismo, aunque con un tono excesivamente grandilocuente y operístico que acaba resultando algo frío.
Como antes Robert Rossen, el autor se aplica en la teoría de que "se nace corrupto, ya desde la cuna", de modo que el ser humano parece poseer un lastre en forma de gen del envilecimiento en el que siempre acaba cayendo. El retrato del político honesto de mirada inocente que conforme adquiere cotas de poder va torciendo el gesto está de plena actualidad, así como la línea que separa la preocupación por el pueblo de la palabrería demagógica. Pero hay obras de arte a las que es mejor no acercarse si no se tiene la seguridad de que se pueden aportar nuevas virtudes, y Todos los hombres del rey / El político, que está ahí, al alcance de la mano, en las estanterías de las tiendas de DVD, es una de ellas.
Babelia
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