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Camané hace suya la sensibilidad del fado tradicional

"Oí cantar a Camané cuando tenía 11 años. Nunca me ha gustado que los niños canten fado porque es una música que requiere haber vivido mucho. Pero él siempre fue diferente", dijo el patriarca Carlos do Carmo durante el recital de fados que ofreció en septiembre con Camané, a la vera del Tajo, junto a la Torre de Belém, con ocasión de los 750 años de la fundación de Lisboa.

El renacimiento del género -hoy se oye en el mundo más fado que nunca y Carlos Saura se prepara para mostrar su visión en una película- lo protagonizan mujeres jóvenes. Pocos son los hombres que han logrado hacerse un nombre. El más impresionante, sin duda, Camané. Lo tiene todo: técnica, dicción y voz. El cantante portugués, que se presenta hoy en Zaragoza (Iglesia de Santa Isabel de Portugal) y mañana en Madrid (Círculo de Bellas Artes) dentro de la IV Mostra Portuguesa, ha hecho suya la sensibilidad del fado tradicional.

El primer contacto de Carlos Manuel Moutinho Camané (Oeiras, 1967) con el fado fue producto de una enfermedad infantil. Durante las dos semanas encerrado en casa, descubrió la colección de discos de sus padres y se empapó de fado escuchando grabaciones históricas de Amália Rodrigues, Alfredo Marceneiro, Fernando Maurício, María Teresa de Noronha... Sus dos hermanos, Helder y Pedro Moutinho también son buenos intérpretes de fado.

En 1979, Camané triunfó en la Grande Noite do Fado en el Coliseu dos Recreios. "Fue más tarde, con 17, que decidí arriesgarme a vivir del fado. No sabía lo que iba a ocurrir, pero sí que para cantar fado no podía estar haciendo otra cosa", dijo en una entrevista a la revista portuguesa Chek in. Cantó en casas de Lisboa como Sr. Vinho -eran tiempos oscuros para el fado y un poco avergonzado Camané decía que se dedicaba a la música pop- y formó parte del elenco de los espectáculos musicales Grande noite, Maldita cocaína y Cabaret, producidos por Filipe La Féria.

Otras músicas

Su primer disco, Noite de fados, se editó en 1995. Luego llegaron Na linha da vida, en 1998, y Esta coisa da alma (2000). Con el cuarto, Pelo dia dentro (2001), Camané vendió más que nunca.

En Portugal llena todos los recintos: al principio el público era de cierta edad, pero luego empezaron a acudir los jóvenes. No se cierra a otras músicas: hace tres años participó en un disco del grupo de rock Xutos & Pontapés; hace dos mostró en los conciertos de Outras canções sus afinidades con Chico Buarque, Fausto o Sérgio Godinho; y el año pasado publicó Humanos, junto a los cantantes Manuela Azevedo y David Fonseca, y músicos como Nuno Rafael, João Cardoso y Hélder Gonçalves.

Este año se ha puesto a la venta el DVD del espectáculo que lleva el explícito título de Como sempre... como dantes y que le ha valido el Premio Amália Rodrigues al mejor cantante masculino de fado. Un fado tan innovador como fiel a sus orígenes.

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