Al Yazira, 10 años de otra visión
La principal cadena de información en árabe celebra hoy su décimo aniversario y lanza un canal en lengua inglesa
Al Yazira, la cadena que ha revolucionado la televisión proyectando por primera vez una mirada no occidental sobre los grandes conflictos del siglo XXI, lleva diez años rompiendo tabúes y cambiando el panorama informativo del mundo islámico. En su décimo aniversario, que se cumple hoy, ha logrado consolidarse como la mayor cadena en lengua árabe. Ayer la dirección confirmó sus ambiciones internacionales, al anunciar que lanzará el 15 de noviembre un canal en lengua inglesa, Al Yazira International, así como un diario panárabe.
Además de su canal de información continua, que cuenta con unos 40 millones de espectadores al día en todo el mundo, Al Yazira tiene un canal de deportes, una segunda cadena de noticias, y otro infantil. Sus 400 periodistas gozan de una reputación de independencia informativa, recogida en un eslogan, "un punto de vista y su contrario". Sin embargo, nada preparaba a la isla (el significado de su nombre árabe) para este destino. Su creación en noviembre de 1996 es fruto de la decisión del emir de Qatar -un pequeño país del golfo pérsico con unos 840.000 habitantes aliado de EE UU-, Hamad Bin Khalifa, quien había derrocado a su padre el año anterior y quería dar a su país una imagen de modernidad dotándole de una televisión capaz de competir con las de su gran vecino y rival en la zona, Arabia Saudí. Para Olfa Lamloun, universitaria franco-tunecina y autora del libro Al Yazira: espejo rebelde y ambiguo del mundo árabe, "nadie preveía entonces el éxito que iba a tener la cadena. Se benefició de un contexto internacional excepcional".
Al Yazira saltó a la fama después de los atentados del 11-S, cuando difundió en exclusiva los vídeos de Osama Bin Laden, y durante varios meses fue la única proveedora de imágenes de la guerra en Afganistán desde Kabul. Sin embargo, Lamloun cree que la clave de su éxito se debe buscar en la creación de un modelo de información: "Han roto tabúes. Han demostrado que se podía ser crítico tanto con los regímenes árabes como con la política de EE UU en la zona", explica por teléfono. La libertad de los reporteros del canal panárabe provocó su expulsión o la imposibilidad de trabajar en países como Argelia, Marruecos o Barein. Arabia Saudí retiró su embajador de Doha en 2002 y Túnez cerró su Embajada la semana pasada.
Este modelo es el que Wadah Khanfar, el director de Al Yazira, quiere exportar ahora más allá de las fronteras lingüísticas. "Al Yazira International seguirá el espíritu pionero de Al Yazira y llevará nuestro modelo, basado en el sur, al mundo entero", declaró ayer en un comunicado. Se trata de "invertir el flujo de información y cubrir regiones de las que se desconoce la actualidad".
Con sus noticias en inglés, Al Yazira tendrá también la oportunidad de responder a las autoridades estadounidenses, que han acusado a la cadena de parcialidad, y de dar la palabra a terroristas. Y Doha seguirá albergando dos bases antagonistas: la base militar estadounidense, una de las mayores de la zona, y la sede de la voz más crítica de la política de EE UU en el mundo árabe.
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