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Reportaje:

El hipódromo cumple un año

Más de 150.000 personas han acudido a las carreras de caballos en La Zarzuela en la primera temporada tras su reapertura

Los aficionados madrileños a las carreras de caballos están de cumpleaños. El pasado lunes se cumplió el primer aniversario de la reapertura del hipódromo de la Zarzuela, tras nueve años sin ver galopar a estos animales porque la empresa que gestionaba el recinto lo abandonó por considerar que el negocio no era viable. Ayer, el recinto celebró el aniversario con un premio especial, disputado en la última carrera.

Más de 150.000 personas han asistido al recinto en 31 jornadas este año (una media de 4.500 a la semana), según Gregorio Máñez, presidente de Hipódromo de la Zarzuela S. A., la sociedad que gestiona la instalación. Las carreras en el hipódromo del kilómetro ocho de la autovía de A Coruña han propiciado un resurgir "fulgurante" de la denominada industria del turf -de césped, en inglés, y por extensión, las carreras de caballos-, afirman los que trabajan en ella.

El 70% de los équidos que corren hoy en España lo hace en Madrid

La nueva vida de la Zarzuela ha permitido una necesaria reforma presupuestada en 50 millones de euros. Se llevan gastados "unos 30", aseguran los gestores, aunque lo más visible será la recuperación del "monumento", el voladizo de hormigón armado del ingeniero Eduardo Torroja, "prodigio de audacia constructiva de los años treinta". El proyecto está listo pero como la protección del entorno es "la misma que la de la catedral de Burgos", hasta que el Ministerio de Cultura no la autorice, "no se puede ni tocar la estructura de Torroja", según reconoce el presidente.

Por eso, todavía hay taquillas y baños instalados en módulos prefabricados. "Pero las vistas desde el graderío son únicas, y eso también hace a la Zarzuela muy especial", concluye Máñez, que anuncia carreras nocturnas para el próximo verano.

El hipódromo es el único espacio verde que une las dos grandes masas boscosas del municipio, el monte del Pardo y la Casa de Campo. La actividad en la finca de 109 hectáreas, que pertenece a Patrimonio Nacional, se retomó por un acuerdo con los gestores actuales, Hipódromo de la Zarzuela, empresa integrada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI, 96% del capital) y Loterías y Apuestas del Estado (LAE, 4%).

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El objetivo, además de recuperar el espectáculo, era convertir al hipódromo en el trampolín para la promoción de la cría caballar del pura sangre inglés, una industria pujante en otros países como Irlanda, donde genera el 2% del PIB. Cuando cerró la Zarzuela en 1993, eran 1.300 los caballos que se entrenaban para correr en España; en 2003 esta cifra había menguado a 685. En cambio, ahora se espera que el año termine con 950 équidos entrenándose en el país, según el director técnico de la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar, Miguel Ángel del Río. El 70% de los caballos que corren hoy en España lo hace en Madrid, añade Del Río, que opina que "la Zarzuela ha dado un impulso increíble" al sector.

En las villas Norte y Sur del centro, se preparan hoy más de 500 animales excepcionales, entrenamiento que genera empleo en la ciudad (entre otros, un preparador y cinco mozos de cuadra para 20 caballos). En Francia, cada équido origina cinco empleos, entre directos e indirectos, lo que supone un sector de 60.000 trabajadores.

La Zarzuela también da dinero al Estado por medio del juego. Loterías recauda una media de 330.000 euros semanales en las apuestas hípicas (Lototurf y Quíntuple Plus), que se reabrieron a la vez que la Zarzuela. Hasta ahora el premio mayor ha sido de 1,1 millones de euros con un boleto sellado en la capital, según Loterías.

Los jugadores que acuden a la Zarzuela para apostar se reparten el 78% de lo que se recauda, el mayor porcentaje de los juegos de azar en España. En Inglaterra, donde los amantes de este deporte son una legión, se gasta el doble en las carreras que en España en todos los juegos estatales (9.000 millones).

Las entradas al recinto, con plaza de aparcamiento incluida, cuestan 9, 12 y 30 euros, precios "populares", según sus responsables, que sostienen que es un espectáculo para todos. Máñez destaca "el ambiente familiar" de la Zarzuela: los menores de 14 años entran gratis (más de 1.000 niños asistieron a las carreras este domingo).

"En Madrid ha habido de siempre una gran afición, y muy entendida", afirma el yóquei José Luis Martínez, protagonista de la jornada de ayer al ganar dos de las seis carreras. De 36 años, este hombre que pesa 52 kilos y mide 1,67, comenzó su carrera a los 13 cuando iba desde su casa en el Rastro a entrenar a la Escuela de Aprendices que existía entonces en la Zarzuela. Además, es el jinete que más carreras lleva ganadas en el hipódromo en esta nueva etapa y destaca del turf que es un deporte sin violencia. "Aquí no hay ultras como en el fútbol ni se necesita policía. Por eso es muy importante que haya reabierto la Zarzuela", asegura.

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