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Las averías por las obras del AVE han afectado a más de 200.000 usuarios de Cercanías

Renfe evalúa en más de medio millón de euros las consecuencias del último incidente

Hasta tres veces pidieron ayer disculpas los representantes de los servicios ferroviarios dependientes del Ministerio de Fomento, pero nadie se atrevió a afirmar que no volverá a haber averías como consecuencia de las obras del AVE. Desde mediados de septiembre se han registrado una veintena, que han afectado a unos 200.000 usuarios, sobre todo de Cercanías de Barcelona. Pese a ello, sólo 525 personas han presentado la reclamación correspondiente. La empresa ADIF, responsable de las obras, ha presupuestado 4,5 millones para prevención de averías.

Primero fue el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán; le siguió Antonio González, presidente del ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), y terminó el presidente de Renfe, José Salgueiro. Los tres acudieron a Barcelona para "pedir disculpas" a los afectados por las últimas averías (una veintena) relacionadas con las obras del AVE, que han afectado al servicio de trenes de cercanías sobre todo, pero también a los de media y larga distancia.

"Buscamos minimizar los efectos de las obras", explicó González, "pero la garantía absoluta no existe". Especialmente, insistió, en obras de la complejidad de las que se están ejecutando. En el tramo entre El Prat y Sants, explicó, hay 138 conductos de servicios varios. Además, se trabaja al lado y por debajo de las vías por las que pasan trenes, y éstos no pueden dejar de pasar.

En ese tramo se dan 805 servicios diarios, dijo Salgueiro, y no se puede plantear ni la supresión ni siquiera la reducción de los mismos. Cercanías transporta diariamente, añadió, 408.000 personas, que no pueden ser desatendidas. Salgueiro reconoció que en las últimas semanas se ha deteriorado el servicio e insistió en que la voluntad de Renfe es corregirlo al máximo.

Para ello, explicó, se trabaja en varios frentes. Lo ideal sería aumentar las frecuencias, pero eso es hoy imposible. Las líneas están al cien por cien de su capacidad. La otra posibilidad es ampliar el aforo de los trenes, y eso sí se está haciendo. A final de año, Cercanías podrá ofrecer unas 5.000 plazas diarias más. También se ha trabajado en la reducción de las averías, multiplicando el mantenimiento de una flota que, precisó, es bastante vieja y debe renovarse. Pese a ello, las mejoras aplicadas al mantenimiento han hecho que los trenes, que antes tenían, de media, una avería cada 71.500 kilómetros, la tengan ahora cada 127.000 kilómetros.

Pese a ello, acabó, lo que de verdad debe tener el usuario de Cercanías es paciencia. Con el tiempo, dijo, verá los efectos de la "revolución ferroviaria" que se está realizando. Pero mañana puede pasar cualquier cosa si otra máquina provoca una avería en las instalaciones. Porque el primer criterio que se sigue, explicó González, es el de la seguridad. La seguridad del viajero, la del trabajador de las empresas ferroviarias y la de los empleados de las empresas contratadas.

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La última de las averías ocurridas, la ruptura de un cable por una empresa subcontratada por OHL, ha supuesto para Renfe unas pérdidas de unos 550.000 euros. El ADIF aún no ha hecho el cálculo. Pese al tono apesadumbrado de Morlán, Salgueiro y González, los tres coincidieron en una afirmación optimista: no se ha modificado la previsión de fecha para la llegada del AVE a Barcelona. Sigue siendo 2007.

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