El 'mosso' acusado de la muerte de un marroquí dice que no sabe si disparó

El cabo de los Mossos d'Esquadra David Gracia González, acusado de matar de forma accidental a un marroquí durante un registro en una vivienda, declaró ayer en el juicio celebrado contra él que no fue consciente de que apretara el gatillo y que no sabe si lo hizo él o la víctima. La fiscal solicita dos años de cárcel por homicidio imprudente, la misma pena que reclama la acusación particular y popular.

En su declaración ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Barcelona, explicó que él y un sargento encabezaban el grupo de agentes que el 27 de mayo de 2007 irrumpió en una vivienda de Santa Coloma de Gramenet en la que supuestamente se traficaba con droga. En la mano izquierda llevaba una linterna y en la derecha una pistola sin seguro.

El cabo explicó también que nada más entrar en el piso sorprendió a dos personas que dormían en el comedor. Ambas se abalanzaron sobre él a pesar de que, siempre según su relato, no paraba de gritar en castellano que se tiraran al suelo y que era policía. "Normalmente, al entrar en una casa la gente obedece las órdenes", dijo el acusado. Pero en este caso, supuestamente, no ocurrió así, de manera que uno de los moradores de la casa, Farid Ben Daoud, se abalanzó sobre el policía, que seguía teniendo la pistola. Se produjo un forcejeo y el arma se disparó. La bala impactó en la base del cráneo y produjo la muerte instantánea del marroquí, padre de dos niñas pequeñas.

La decisión de llevar la pistola en esa posición la adoptó el policía por cuenta propia, como suele ocurrir siempre en estos casos, dijo. La fiscalía, sin embargo, recuerda en su escrito de acusación que el policía actuó así a pesar de que no constaba la peligrosidad de los habitantes de la vivienda. El acusado también reconoció que esperaban encontrar cuatro personas en el piso y había seis.

Los testigos explicaron versiones bien distintas. Uno de los inquilinos de la casa dijo que el cabo entró y disparó a la víctima cuando estaba durmiendo, mientras que el supuesto traficante al que buscaba la policía declaró que no oyó ningún disparo. Un año después de ocurrir los hechos, el juez archivó el caso del supuesto tráfico de drogas en aquella casa.