El nuevo canon ecológico sobre el consumo de agua entrará en vigor en enero de 2008

El nuevo canon ecológico que recoge la Ley de Aguas aprobada el pasado mes de junio entrará en vigor en enero de 2008, al mismo tiempo que la Agencia Vasca del Agua. El dinero que se recaude con este canon, que gravará los consumos por encima de los 130 litros por persona y día en el ámbito doméstico, servirá para financiar obras de restauración de cauces y de mejora ambiental. Este nuevo tributo se incluirá en las facturas cuando en los domicilios se consuman más de 130 litros por persona y día, un límite que coincide con la media de gasto de los hogares de la comunidad autónoma.

Aunque la Ley de Aguas se aprobó en junio de 2006, su entrada en vigor se producirá el 19 de enero próximo. A partir de ese momento, hay un año de plazo para desarrollarla por medio de decretos. Dentro de ese desarrollo reglamentario, lo más importante es la creación de la Agencia Vasca del Agua y la puesta en marcha del canon ecológico. En el caso del canon, el decreto debe recoger todos los pormenores, porque en la ley sólo está esbozado en sus líneas más gruesas. Empezaría a cobrarse en enero de 2008, cumpliendo los plazos que la propia ley marca.

El canon es novedoso, diferente al resto de tasas y tarifas que hay ahora. La directiva marco del Agua de la Unión Europea establece que los usuarios del agua por cada metro cúbico que consumen tienen que pagar el coste integral, es decir, lo que cuesta potabilizarla, depurarla y el gasto en las infraestructuras asociadas (en Euskadi ya se cobra todo eso). Pero, hay un factor que dentro de ese coste total del agua nunca se ha contemplado: el ambiental, el daño que se ocasiona al medio ambiente por la captación del agua.

La viceconsejera de Ordenación del Territorio y Aguas, Ana Oregi, recalca esta idea. "Al extraer el agua se le está quitando a una serie de ecosistemas ligados a los ríos, como flora, fauna, peces, vegetación de ribera. Le hemos quitado a la naturaleza algo y ahora toca devolvérselo. Por eso es un canon finalista, lo que significa que el dinero que se recauda no va a una caja común donde después no se sabe lo que ocurre con el dinero, sino que tiene que ir expresamente a reparar el daño causado". En el caso del consumo de agua doméstico, el gravamen será de seis céntimos de euro por metro cúbico de agua (que equivale a mil litros).

Euskadi es la primera comunidad que pone en marcha este canon dentro de España. Lo que ocurre es que a veces se confunde con lo que son tasas de saneamiento. Hay varias comunidades que tienen incorporadas tasas de saneamiento, como Cataluña, que incluye en los recibos un cargo por la depuración y el vertido de las aguas. Sin embargo, el concepto de canon ambiental para gravar el efecto que se produce sobre el medio ambiente al extraer el agua está todavía inédito.

Recelos

El canon fue uno de los puntos más controvertidos durante el debate parlamentario de la ley. Había una serie de recelos por parte de los entes suministradores del agua (ayuntamientos, concejos, consorcios y mancomunidades), ya que en sus facturas deberán incorporar el canon, y de una manera diferenciada. Según Ana Oregi, el Departamento de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente tiene previsto crear un grupo de trabajo con los gestores del agua para redactar los borradores del reglamento que desarrolle la nueva tasa.

El cálculo del departamento es que la recaudación final ascienda a alrededor de nueve millones de euros al año. Este cálculo sale de comprobar los consumos que hay en la comunidad autónoma en los diferentes ámbitos y después aplicarle las bonificaciones y exenciones correspondientes. Existen varios tipos de consumos. Por una parte está el doméstico, que es el agua que consumen los ciudadanos en su casa, y después el industrial, agrícola, ganadero y los usos municipales (riego de calles, jardines, polideportivos, piscinas). El consumo doméstico es de 255 hectómetros cúbicos al año; el agrícola, 36; el ganadero, 7; y el industrial, 91. El canon se calcula por hectómetro cúbico. Sobre estos totales, la recaudación podría ascender a una cantidad muy superior a los nueve millones de euros previstos por la consejería.

Pero no va a ser así, porque el canon, señala Oregi, "no tiene afán recaudatorio, sino que trata de concienciar a los ciudadanos para utilicen bien el agua y gasten lo estrictamente necesario". Por ello, se plantean bonificaciones y exenciones. En cuanto al consumo doméstico, se tasó que 130 litros por persona y día es un uso adecuado del agua. Se estima que quien consuma por encima de ese volumen está derrochando el agua, y esos incrementos por encima de la media son los que van a ser gravados con el canon. Por lo tanto, el consumo doméstico sin bonificación podría suponer una recaudación de 15 millones y con la exención se quedará en unos 7 millones.

Con el resto de sectores de actividad pasa lo mismo. Si utilizan las mejores tecnologías disponibles y reutilizan el agua, conseguirán que su canon sea muy pequeño, vaticina la viceconsejera. "Buscamos la concienciación, no que la recaudación sea alta". En el peor de los casos, el ciudadano más derrochador de agua pagará cuatro euros al año. "¿Cuánto cuesta una botella de agua embotellada?", se interroga Oregi. "Por una botella de un tercio de litro se pueden pagar hasta 50 céntimos en un supermercado y no digamos en una cafetería. Hay que darse cuenta de lo importante que es no derrochar el agua".