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La campaña electoral en Cataluña

Montilla compara a Mas con Berlusconi por firmar sus compromisos ante las cámaras

El candidato del PSC dice que los partidos minoritarios "son complemento, pero no alternativa"

Miquel Noguer

Pese a que las encuestas electorales no son favorables al Partit dels Socialistes y que en tales circunstancias todos los manuales de estrategia electoral aconsejan sacudir a los votantes con propuestas atrevidas, el PSC ha decidido no tomar esta vía. Todo lo contrario. Los primeros cuatro días de campaña electoral se han caracterizado por el bajo perfil de los actos de José Montilla, tanto en las formas como en el contenido. Todo ello con un único objetivo, aseguran sus colaboradores: dejar que Convergència i Unió muestre su "prepotencia" y su "mal estilo de hacer política" y se ponga en contra una parte de su electorado.

En sus últimas intervenciones, como la de ayer en Granollers (Vallès Oriental), el candidato socialista se ha limitado a contraponer este estilo con el suyo: "solvente y basado en hechos". Todo ello combinado con alguna pulla como la de ayer a Artur Mas, a quien comparó con el líder de la derecha italiana, Silvio Berlusconi, por su necesidad de firmar ante las cámaras sus compromisos con la ciudadanía. Para Montilla, el compromiso adoptado por Mas ante notario como garantía de que cumplirá con su programa sólo denota "falta de credibilidad" y recordó que "sólo otro político europeo ha hecho algo parecido: Silvio Berlusconi". Montilla se refería al compromiso con la ciudadanía que Berlusconi firmó con gran pompa y entre focos en la campaña electoral de 2001.

La estrategia socialista para estas elecciones sólo ha tenido dos ingredientes hasta el momento: La explicación con cuentagotas de sus propuestas y la amplificación de las tropelías de sus rivales convergentes. Todo para que los duros ataques de los convergentes tengan un efecto bumerán para la federación nacionalista.

Ayer estaba previsto que Pasqual Maragall se sumara a la campaña. El presidente de la Generalitat debía ofrecer una conferencia de prensa junto con el candidato socialista para, por una parte, mostrar unidad ante los maragallistas desencantados y, por otra, replicar con hechos al polémico DVD de CiU contra el tripartito. Pero no pudo ser. Víctima de una gripe, el presidente de la Generalitat tuvo que anular este acto. Para evitar suspicacias, el Departamento de Presidencia se apresuró en confirmar mediante una nota oficial el "síndrome febril de etimología gripal" de Maragall. A falta del presidente, el PSC, reclutó a otros tres maragallistas de pro para comparecer junto a Montilla: el ex secretario general del Gobierno y hermano del presidente, Ernest Maragall y las consejeras Montserrat Tura y Marina Geli. En su presencia, Montilla se declaró "avergonzado" por el trato que el DVD convergente da al presidente catalán.

El candidato socialista también aprovechó su intervención en Granollers para pedir el voto útil de la izquierda. De sus antiguos socios de Esquerra Republicana y los actuales de Iniciativa per Catalunya afirmó, sin citarlos, que "son complementos, pero no alternativa".

La fiebre de los mensajitos

En los últimos días, muchos catalanes habrán visto como en la pantalla de su teléfono móvil aparecía una caricatura de Artur Mas rociándose con laca y manipulando un DVD. Una imagen satírica que llegaba al móvil al paso de un autocar de color rojo, con el logotipo del PSC y con una fotografía de José Montilla en la carrocería.

Se trata de la última filigrana tecnológico-publicitaria del PSC: enviar mensajes electorales mediante el sistema bluetooth, que hoy llevan ya incorporado la mayor parte de teléfonos móviles. Y lo hace desde el pequeño repetidor que está en el autocar de campaña del partido habilitado para transportar a los periodistas de un acto electoral a otro.

Al paso del vehículo, todos los teléfonos móviles de la zona con el sistema bluetooth activado, reciben el mensaje. El receptor puede admitirlo o rechazarlo. Y, una vez en su móvil, puede propagarlo gratuitamente entre amigos y conocidos. Se trata de un capricho tecnológico en opinión de unos, y de la versión moderna del boca a oreja a juicio de otros.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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