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La campaña electoral en Cataluña

Montilla pide el voto de los convergentes que "rechazan los insultos"

El candidato del PSC se proclama la alternativa a la "prepotencia" de Mas

Miquel Noguer

El Partit dels Socialistes (PSC) quiere hacer mella en el electorado tradicional de Convergència i Unió (CiU) que ya no se siente representado por el mensaje ni por el estilo de Artur Mas. Por este motivo, y aprovechando el revuelo interno que ha causado en CiU la difusión del DVD contra el tripartito, el candidato socialista, José Montilla, se dirigió ayer a los antiguos votantes de Convergència i Unió, "a los que rechazan los insultos", para que esta vez apoyen el proyecto "serio e integrador" de los socialistas.

Es que todas las miradas de los estrategas electorales están puestas estas elecciones en 150.000 personas; son las que votaron a CiU en 1999, pero se abstuvieron de hacerlo en 2003. En esta campaña, mientras que Artur Mas trata de recuperar a estos desencantados prometiendo seriedad y rigor en el Gobierno, José Montilla quiere hacerles notar que poca seriedad puede esperarse tanto de Mas como de su entorno si han editado un DVD "lleno de mentiras", y criticado por dirigentes de Unió Democràtica, para dinamitar la imagen del Gobierno de Pasqual Maragall.

Los socialistas quieren que el inglés se estudie en todas las carreras universitarias

Montilla hizo este llamamiento en Mataró, donde pronunció un mitin con un tono muy moderado y alejándose de provocaciones o declaraciones que pudieran confundirse con insultos. Ayer no tocaba. Lo que buscaba el candidato socialista era repescar a los que un día creyeron en el eslogan de los gobiernos de Pujol, que decía: "La feina ben feta no té fronteres" (El trabajo bien hecho no tiene fronteras). "A los que un día votaron a CiU y que de verdad piensan que el trabajo bien hecho no tiene fronteras les digo que, si de verdad quieren al país y rechazan los insultos, que no voten a CiU esta vez". Y prosiguió: "Porque CiU ha hecho una propuesta que no es seria, que no tiene rigor, con un candidato que no tiene ni equipo ni programa y que ha basado su campaña en el marketing y el teatro de tercera". El mismo candidato, dijo Montilla, que basa su estrategia en la "prepotencia" y la "arrogancia".

El candidato del PSC no se cansó de hacer guiños a los antiguos pujolistas. Al contrario de lo ocurrido en otras ciudades del entorno de Barcelona, el mitin de ayer fue íntegramente en catalán y con no pocas referencias a Cataluña como "nación". Todo ello mezclado con continuos mensajes de complicidad a los nacionalistas moderados que quieren "un país cohesionado y sin divisiones" y un gobierno que defienda los intereses de Cataluña "con firmeza pero basado en el diálogo".

Montilla estuvo acompañado en el mitin por el alcalde de Mataró, Joan Antoni Barón, y por el consejero de Educación y Universidades, Joan Manuel del Pozo. A diferencia de la campaña de 2003 con Pasqual Maragall como cabeza de lista, el PSC de Mataró no sorteó en el mitin de ayer ningún viaje a Mallorca. Pero ello no fue impedimento para que más de 300 simpatizantes recibieran al candidato Montilla con un cálido aplauso y al grito de "presidente, presidente".

El líder socialista les prometió la victoria el próximo 1 de noviembre y buscó la cercanía del público recurriendo por segunda vez en esta campaña a un formato de mitin sin atril ni escenario y con un candidato que se enfrenta al público sin guión a la vista. Rodeado de simpatizantes por los cuatro costados, el candidato socialista volvió a pedir a los suyos que movilicen a amigos y conocidos para que gane el PSC. "¡Ni un voto socialista fuera de las urnas!", repitió con énfasis.

Consciente de que las polémicas mediáticas han tapado los debates programáticos, Montilla volvió a desempolvar ayer el programa electoral de 300 páginas y 4 megas del PSC. Lo hizo para concretar algunas de sus promesas, sobre todo en materia educativa, como la de instaurar una sociedad trilingüe con el inglés compartiendo espacio con el catalán y el castellano. Para hacerlo, Montilla y Del Pozo se han propuesto que el próximo gobierno obligue a todos los universitarios a estudiar inglés en su facultad, independientemente de la carrera que cursen.

El PSC también quiere que una asignatura de primaria se imparta en inglés, algo que en una primera fase se implantaría en 1.100 escuelas a modo de plan piloto. También en el ámbito de la educación, pero entroncando con el desarrollo empresarial, Montilla prometió un nuevo pacto nacional educativo, en este caso para impulsar la Formación Profesional.

Las becas de comedor escolar, fuente de grandes problemas en los ayuntamientos por su escasez, también aparecen día sí día también en los mítines socialistas. Conscientes de que parte de su electorado que se beneficiaba de estas becas ya no puede hacerlo porque ahora hay alumnos con más necesidad de ello, el PSC se ha propuesto hacer de estas ayudas un pilar de campaña.

Por ello, Del Pozo reiteró ayer en Mataró su compromiso para que las becas de comedor escolar aumenten hasta las 90.000 en Cataluña la próxima legislatura. En la actualidad hay 36.000 disponibles, una cifra completamente insuficiente, especialmente en las escuelas con más alumnos recién llegados de países pobres.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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