¡Que no queremos la antena!

La lucha de unos inquilinos que se niegan a convivir con una antena de telefonía móvil en el tejado de su casa se cobró ayer tres detenidos. Un residente del número 40 de la calle de Cavanilles (Retiro) y dos miembros de la asociación de vecinos que los apoya fueron arrestados cuando trataban de impedir que los operarios de Vodafone colocaran un aparato que, en su opinión, puede perjudicar la salud. La empresa de móviles Vodafone cuenta con la licencia municipal para la instalación.

Los tres detenidos, acusados de resistencia y desobediencia, fueron puestos en libertad por la tarde. Horas antes, la llegada de la grúa que iba a colocar la antena en el tejado de un edificio de siete plantas en Cavanilles fue el origen del enfrentamiento entre la veintena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía que respaldaban a los operarios y otros tantos vecinos indignados. Algunos de ellos denunciaron que los agentes les habían golpeado con las porras.

"Me han arrastrado por el suelo como a una delincuente", decía una vecina mientras lloraba

"Yo no me muevo de aquí. No me importa morir si me van a contaminar de todas formas". María, ama de casa que vive en el segundo piso del edificio, se ponía tremendista para explicar su furia contra Vodafone y los agentes. "Me han arrastrado por el suelo como si fuera una delincuente", decía con los ojos llenos de lágrimas.

El incidente de ayer viene de lejos. Hace casi dos años que las 11 familias afectadas, todas ellas alquiladas, se levantaron contra una antena que hoy ya está sobre sus viviendas porque Vodafone llegó a un acuerdo económico con el propietario del edificio. Durante estos meses, la movilización de los vecinos, con la recogida de 3.000 firmas y caceroladas nocturnas incluidas, había impedido en seis ocasiones la colocación del aparato. Pero la presencia policial hizo que ayer a la séptima fuera la vencida.

Hasta el lugar del altercado se desplazó la concejal de IU Concha Denche: "El Ayuntamiento no está respetando el principio de prevención, según el cual debería descartarse la instalación hasta que quedara demostrado que la antena es inocua; y la empresa se está aprovechando del vacío legal existente".

Según la edil de IU, que anunció la presentación en la Junta de Distrito de apoyo a los vecinos, en el caso de que una futura regulación obligara a retirar la antena, Vodafone se beneficiaría de la correspondiente indemnización. "Mientras tanto, el dueño del inmueble llega a un acuerdo con la empresa, pero los que tienen que convivir con la antena son los inquilinos", añadió.

Vodafone asegura que un estudio reciente demostró que las emisiones electromagnéticas emitidas en Madrid están "200 veces por debajo" de las cifras máximas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, aseveran, las ondas se mueven hacia los lados y no en sentido vertical, por lo que los inquilinos de Cavanilles serían los menos afectados por las emisiones. "Ya, y entonces se joroban los que viven en los edificios de al lado", responde enfurecida María.

Otra de las mujeres que participaron en la protesta es categórica cuando habla del miedo que le provoca la antena. Lleva tres operaciones de cáncer y teme que el aparato que tendrá todas las noches sobre su cabeza empeore su situación. "Aquí pago una renta antigua, y con mi sueldo no me podría permitir mudarme", dice sin ocultar su preocupación.

José Haro, miembro de la asociación de vecinos, es uno de los detenidos cuando por encaramarse a la grúa. Cuenta que estuvo esposado durante dos horas en la comisaría de Moratalaz. No parece que se vaya a echar para atrás en su apoyo a los vecinos: "Si antes luchábamos para que no pusieran la antena, ahora lo haremos para que la quiten. Esto no se va a quedar así".