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DVD: la ocurrencia

Es difícil imaginar a David Madí interpretando el papel de Sandra Camaca, la fantástica creación pija de la Lloll, y repitiendo la palabra mágica: "el ví-de-o", quién sabe si con pose e indumentaria singular, ante los requerimientos de Artur Mas sobre cuál sería el producto estrella de su campaña electoral. Es verdad que los años ya han pasado y que hoy Sandra Camaca gustaría de repetir "de-uve-de", lo mismo que los responsables de campaña de CiU se lo debieron de repetir a sí mismos en infinidad de ocasiones una vez que la ocurrencia del producto estrella de las elecciones de 2006 ya había aflorado.

Cualquier empresa hubiese querido para uno de sus productos la publicidad que ha conseguido Confidencial Cat antes de salir al mercado. En eso no se les puede negar profesionalidad a Madí y a su equipo. No sólo han sido atrevidos -un millón de copias son muchas copias para un país de siete millones de personas y poco más de 2,5 millones de hogares-, sino que además no han evadido la polémica -más bien al contrario-, por ejemplo utilizando imágenes impropias -en la medida en que no eran propias- quién sabe si atentando contra el derecho a la imagen y a la propiedad. Pero éstas son cuestiones menores cuando se trata de organizar la de San Quintín con el que sin duda pasará a los anales como el DVD electoral.

Lo que hay en el DVD es una verdad narrativa forzada, sesgada si se quiere

Después de haber visto los 53 minutos de Confidencial Cat, una primera y rápida sensación es que el producto es de calidad. Se nota que en Cataluña la industria del audiovisual es potente y que los que han encargado el producto no parecen haber reparado en gastos. Una segunda y casi irrefrenable sensación es de alegría por estar sano y salvo, y con una buena calidad de vida, después de esa frenética sucesión de barbaridades que efectivamente han acaecido en Cataluña desde noviembre de 2003 y que el DVD tiene como misión recordar. Todo lo que se narra en el DVD es escrupulosamente cierto; pero, afortunadamente, no es ésa toda la verdad. Es una verdad legítimamente orientada a obtener el voto y a derrotar al adversario. Pero lo que hay en el DVD es una verdad narrativa forzada, sesgada si se quiere, y realizada con la emotividad militante de quien aspira a recuperar el gobierno.

Todo es muy original y perfectamente legítimo. Sin embargo, a pesar del éxito mediático de este producto, hay que esperar que este instrumento propagandístico no sea imitado por el resto de las formaciones políticas en estas o en sucesivas elecciones. Tantas verdades sesgadas serían enormemente dolorosas para la autoconfianza como país y la autoestima como sociedad. Si a las imágenes de Carod en Perpiñán, la crisis del Carmel, la corona de espinas y el 3% -por citar algunas-, añadiéramos las imágenes de otro vídeo sobre los amigos de las mafias rusas, la manipulación de las encuestas y las visitas a la fiscalía de ex consejeros del Gobierno catalán -por citar también sólo algunas-, el resultado para los electores sería demoledor.

El DVD de CiU ha estado bien como ocurrencia; pero, por favor, que nadie siga por esos derroteros. De lo que ya no estoy tan seguro es de que este producto sea el que realmente ayude a CiU en su objetivo de alcanzar el Gobierno de Cataluña. En primer lugar, porque no es evidente el impacto electoral que este DVD pueda generar. A aquellos que ya tienen fijadas sus preferencias electorales, el DVD no les va a modificar sus posiciones. Los que se sienten alejados del debate político y que probablemente alimentarán el grueso de los abstencionistas, no es fácil creer que se molesten en ver el DVD. Y si lo hacen, seran numéricamente irrelevantes como para incrementar significativamente las expectativas de voto para CiU. Finalmente, podemos aceptar que sólo a aquellos que quieren ir a las urnas, pero dudan a quién votar, el DVD podría causarles impacto. Podemos, pues, aceptar como hipótesis que el visionado del DVD pueda incrementar en algunos miles los votantes de CiU.

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El reto de CiU no es tanto ganar las elecciones en votos y escaños -escenario más que probable hoy- como aproximarse a la mayoría absoluta, y en caso de no ser así, garantizarse el apoyo de otras formaciones políticas para obtener el Gobierno. CiU está tan lejos de la mayoría absoluta que nadie contempla esa posibilidad, con lo cual el DVD no les sirve para ese objetivo. Sin embargo, con este DVD la federación nacionalista erosiona, y de qué manera, las posibilidades de alianza con otros partidos, a excepción del PP, que sale impoluto de él.

La paradoja es que el DVD puede producir un efecto beneficioso para la reedición del tripartito en la medida en que ha alejado un poquito más a ERC y también al PSC de CiU. Es evidente que el DVD ha causado gran malestar entre los dirigentes y las bases republicanas, y que a sólo 15 días de las elecciones ese malestar puede ser determinante para forjar alianzas. A veces las ocurrencias son divertidas cuando las imaginas, pero cuando toman cuerpo se vuelven contra quien las ha engendrado. Veremos finalmente si la capacidad de marketing que han demostrado tener los responsables de CiU se corresponde con la visión estratégica para forjar alianzas. Sorprende que en CiU nadie parece acordarse de los efectos tan negativos que supusieron para sus intereses las ofensas permanentes que los líderes de la federación nacionalista lanzaron insistentemente contra ERC en la campaña de 2003. La historia tiende a repetirse.

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