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Reportaje:

En la estela de Zara

Un grupo de compañías del sector de la moda acelera sus planes para convertirse en multinacionales

Zara se ha hecho tan popular que, al abrir su primera tienda en Hong Kong, el South China Morning Post advertía al líder local de la moda: "Cuidado, Giordano, que abre Zara". Pero, siendo la marca española más potente del sector, ya no es la única en pisar fuerte por el mundo. Ahí están también Mango, con su masiva presencia en las grandes capitales de los cinco continentes, el canario Manolo Blahnik con sus estilizados zapatos de tacón, o Custo Barcelona, con sus tops y camisetas estampadas, muy bien llevadas por Bridget Fonda (en Jackie Brown) o Julia Roberts (en Notting Hill), y que han despertado en EE UU una pasión (se habla de "customanía") similar a la protagonizada por los manolos de Blahnik.

Custodio y David, que habían creado su empresa en 1981, eligieron EE UU y no España para lanzar su marca Custo Barcelona en 1996
Armand Basi, que exporta el 35% de la producción de su marca, cuenta con 160 tiendas en España pero quiere ampliar su red exterior
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Industria, diseñadores y franquiciadores

No parece que las posibilidades internacionales de la industria española de la moda vayan a limitarse a los gigantes del sector. No sólo Mango, Cortefiel y Adolfo Domínguez, a los que se ha unido El Corte Inglés con su cadena Sfera, intentan emular el éxito de Inditex, que mañana abre su tienda 3.000 en todo el mundo. Además, decenas de empresas cuentan con ambiciosos planes de crecimiento para hacerse un hueco en el mercado global con sus propias tiendas. Algo que, según Patricia Rosales, directora de la Escuela Superior de Moda y Empresa, es posible, ya que "la moda española gusta cada vez más en el extranjero".

Tan confiados se muestran algunos empresarios de su capacidad para "comerse el mundo" que ya no dudan en plantearse objetivos "imposibles". En Neck & Neck, una firma de ropa infantil fundada en 1998, que va ya por las 200 tiendas y ha pasado de 2 a 26 millones de euros de ventas en seis años, su director general, Eduardo Zamácola, reconoce sin tapujos que cuando iniciaron el negocio decidieron que querían "ser una de las mayores empresas de ropa de niños del mundo". De momento ya están en Italia, Reino Unido, Francia, Suiza, Austria, Puerto Rico, México, Santo Domingo o Arabia Saudí. Pero igual de audaces, o confiados, se mostraron Custodio Dalmau o la familia catalana Basi.

Españoles en Nueva York

Cuando Custodio y su hermano David, que habían creado su firma en 1981, lanzaron su marca Custo Barcelona en 1996, no empezaron el lanzamiento por España sino por Estados Unidos. Y acertaron, pues su estilo gustó tanto que al año siguiente eran invitados al New York Fashion Week, en el que siguen desfilando. Pese a que hoy están presentes en más de 3.000 puntos de venta de todo el mundo, los Dalmau siguen teniendo su mayor mercado en Estados Unidos (el 20% de las ventas). Cuentan con siete tiendas en este país, en los sitios más de moda de Nueva York o Los Ángeles.

Todo indica que esta vocación internacional es más común de lo que se creería. Nuria Basi, de Armand Basi, señala: "Nuestra primera tienda, en 1980, no la abrimos en España sino en Londres". También los hermanos Domínguez decidieron, tras dejar la empresa de su hermano Adolfo y fundar STL, que su campo de acción tendría que ser el internacional. Como no querían derrochar energías en crear sus propias marcas de lujo firmaron un primer acuerdo con Purificación García para abrir tiendas en España y un segundo con Carolina Herrera, éste enfocado al mercado internacional y especialmente a EE UU.

Dados estos precedentes no extraña que un pequeño grupo de empresas de moda, de mediano y pequeño tamaño, se haya lanzado a crear redes de tiendas fuera de España. A las citadas Custo, STL, Armand Basi o Neck & Neck habría que añadir nombres como Roberto Verino, Trucco, Florentino, Amichi, Rosa Clará, Caramelo, Torero o Javier Simorra.

Roberto Verino, un pionero en la esfera internacional, se adelantaría a todos al abrir en 1983 (cinco años antes de que Inditex saliera al exterior) su primera tienda en el extranjero, nada menos que en Saint Germain, París. Pero no funcionó y el diseñador gallego optaría por centrarse en España, una actitud a la que puso término en 2005, al aprobar un plan de expansión que le ha llevado a abrir ya ocho tiendas en el exterior. Verino, que dice estar "lleno de energía positiva para abordar este proyecto", tiene todo preparado para abrir unas 20 tiendas en Oriente Próximo y México, y entrar en Estados Unidos, Francia (con corners [esquinas] en las Galeries Lafayette) y Europa del Este. Además de China, donde según apunta está "en contacto con posibles socios para inaugurar un máximo de 30 puntos de venta".

Otras dos empresas gallegas ya muy presentes en el exterior (venden entre el 30% y el 35% de su facturación en tiendas multimarca) y que ultiman estos días planes para crear sus propias redes de tiendas en el exterior son Caramelo y Florentino. Son empresas con vocación industrial y marcas fuertes y posicionadas en el segmento medio alto del mercado.

Los proyectos de red exterior del primero van, según parece, más avanzados. Florentino, un fabricante de trajes que tiene ya unos 60 corners en El Corte Inglés y 14 tiendas de terceros que sólo venden su ropa, dio el gran disparo de salida en 2003 con la apertura de su tienda de imagen en el centro de Santiago, en el Pazo de Sarela, un edificio barroco del XVIII con varias plantas. Ahora ya tiene tiendas en Dubai, Bahrein y Praga. "La idea", comenta Florentino Cacheda, el fundador y presidente, "es avanzar con tiendas en Madrid y Barcelona (paseo de Gracia) hasta un total de 22 en España, y también en Londres, París y otras ciudades, tiendas que estarán en las mejores calles".

Caramelo, que vende en 450 tiendas multimarca de 23 países y ha creado en España una red más tupida que la de Florentino (18 puntos de Caramelo, 10 de Caramelo Jeans, 12 de Antonio Pernas y unos 30 corners en El Corte Inglés), va algo más despacio que su colega en lo que a expansión internacional directa se refiere. Aun así, la empresa, que abrió hace unos años una tienda de 1.200 metros en el centro de Amberes, en un espectacular edificio de varias plantas, junto a marcas como Gucci o Vuitton, tiene la intención de abrir otras en grandes capitales como Londres, París o Lisboa.

"Nos interesa abrir tiendas que favorezcan la notoriedad de la empresa", señala Ignacio Molina, director de marketing del grupo, "en zonas con fuerte presencia de tiendas multimarcas con las que trabajamos, para desarrollar nuestro escaparatismo y merchandising, sólo que no tenemos fechas muy concretas para hacerlo".

También Armand Basi, que exporta el 35% de la producción de su marca, con una potente red de tiendas en España (casi 160, la mayoría de la red Lacoste), pretende ampliar su escasa red en el exterior, cuatro tiendas en la actualidad. "Estamos mirando locales en el Soho de Nueva York, en Los Ángeles y Miami, y también en Asia, en Singapur", comenta Nuria Basi. La decisión de ampliar la oferta de la marca Basi (con sólo 25 tiendas en España), antes sólo de hombre, con ropa de mujer, busca impulsar las ventas.

Muy internacionalizada también (vende apenas el 19% en España), Custo inició su red exterior en 2000 empujada en parte por la progresiva ampliación de sus referencias. La empresa, que empezó haciendo tops y camisetas, ha ido extendiendo su colección a todo tipo de prendas, incluso abrigos. La necesidad de exponerlo todo en locales propios apremia. Con 35 tiendas (siete en Estados Unidos), la idea es seguir abriendo.

La lista empieza a ser larga. No hay que olvidar los casos de Neck & Neck, que inició su internacionalización nada más fundarse, en 1998, y que proyecta llegar a las 350 tiendas, más de la mitad en el extranjero, dentro de unos cinco años. O de Amichi (centrada en la franquicia), con 111 tiendas, 14 en el extranjero, y que ha empezado hace poco su expansión en Estados Unidos. O la madrileña Trucco (ropa de mujer de segmento medio), hasta hace unos años casi sólo centrada en el mercado doméstico y que empieza a abrir tiendas fuera de España a fuerte ritmo.

Fundada por Fernando Reguero en 1985, Trucco aumentó su red de 65 a 116 tiendas. En estos momentos tiene ya 47 tiendas en el extranjero, casi el triple que hace tres años. Presente en México, con 35 corners, y en otros países, la consigna hoy en Trucco es abrir en el exterior. "Vamos a centrar el crecimiento", dicen en la empresa, "en Asia (China, Corea, Singapur, Malasia y Japón), en Europa del Este (ya estamos en Polonia), en Oriente Próximo (donde tenemos ya varias tiendas) y en Latinoamérica. Ahí, además de crecer en México, vamos a entrar en Chile". Reguero, que antes no se sentía atraído por la UE ("es un mercado maduro, difícil y poco rentable", solía decir), está iniciando negociaciones para desembarcar en el Reino Unido, Francia e Italia.

¿Llegarán estas empresas a repetir el éxito de Zara? Quién sabe. Hay opiniones para todos los gustos. Lo que nadie discute es que el movimiento en los mercados exteriores es cada vez más intenso.

Por qué ahora

¿Qué explica este interés general por crear redes propias en el exterior? "Que estamos en un momento", apunta Florentino Cacheda, fundador de Florentino, "en el que hay que definirse en este tema. La competencia es cada vez mayor y las empresas sin dimensión tendrán problemas". Además, según Roberto Verino, las españolas no sólo deben salir fuera, sino que pueden hacerlo. "Hacen una moda diferenciada, funcional, con un estilo muy propio y que expresa un valor de disfrute de la vida", dice. Y han sabido, además, "desarrollar un modelo propio, distinto al habitual en Francia o Italia".

Molina, de Caramelo, abunda en esa tesis. "Hemos sabido aprovechar el hueco que han dejado franceses e italianos, centrados en el lujo, en el segmento medio. Antes había lujo y básico, bueno y malo, pero poco en el segmento medio. Zara explotó esa carencia y las demás la siguieron". Incluso el lujo español es más asequible que el francés. "Hacemos el lujo posible, con mejor relación precio-calidad, porque nuestras empresas tienen una estructura más ágil", dice Verino. La importancia del arrastre Zara no la niega nadie. "El fenómeno Inditex es muy importante", dice Molina, "porque abrió brecha, creando imagen y dando credibilidad al conjunto de las empresas españolas".

Un optimismo que no es general. El camino internacional está empedrado de disgustos. Muchas empresas han tenido que retroceder y cerrar. Y no todos comparten la visión de un florecimiento internacional de las empresas españolas de moda.

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