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Reportaje:

El euro triunfa sobre el dólar

La inversión en valores de renta variable o renta fija en moneda europea se perfila como la más rentable

El dólar cotiza, en estos días, en torno a 1,25 euros. La mayoría de los expertos apuesta porque en los próximos meses aún perderá algo más valor respecto a la divisa europea. Niveles de 1,3 o incluso 1,35 dólares por euro se estiman como más que posibles en un relativo corto plazo. En estas condiciones, invertir en valores de renta variable o renta fija (a pesar incluso del actual diferencial de tipos de interés) en moneda europea se perfila como significativamente más rentable.

No es aconsejable, a medio plazo, posicionarse en la divisa norteamericana por el riesgo de depreciación que eso supone

"Al dólar aún le queda un cierto margen de depreciación adicional respecto al euro, aunque no de especial relevancia. Su nivel medio de cotización respecto a la divisa europea se situará previsiblemente a lo largo de los próximos meses en torno a 1,3 dólares por euro, barrera que se podrá superar puntualmente pero sin excesos", señala Antonio Zamora, macroeconomista del Banco Urquijo.

Dos son las razones que explican estas previsiones: "Por un lado, las perspectivas de tipos de interés: del Banco Central Europeo aún se pueden esperar nuevas subidas en el precio oficial del dinero mientras que no de la Reserva Federal (Fed). Por otro, la economía europea sigue dando muestras de fortaleza mientras que en Estados Unidos ya se empiezan a vislumbrar síntomas de debilidad, el más llamativo sobre el mercado inmobiliario que, de continuar, podría afectar al consumo interno del país".

Bajo estas condiciones, "inicialmente se perfila como más rentable tomar posiciones en inversiones en euros y no en dólares, si bien si la rentabilidad esperada para estas últimas es significativamente mayor puede llegar a compensarse esa futura estimada depreciación".

Toma de posiciones

Incidiendo en la idea anterior, desde el departamento de banca privada del Banco Sabadell se señala que "la desaceleración del mercado inmobiliario en Estados Unidos y la vulnerabilidad del consumo en este país pueden perjudicar al dólar en el corto plazo".

Desde su punto de vista, no obstante, se estima conveniente "aprovechar este hipotético movimiento de depreciación hacia la zona de 1,30-1,32 dólares por euro para tomar posiciones en dólares con un horizonte de medio/largo plazo. No hay que olvidar que el peso del ajuste del déficit exterior estadounidense debería recaer sobre las divisas de economías con superávit por cuenta corriente. Muchas de éstas son países asiáticos, cuyas divisas se han mantenido ancladas frente al dólar durante los últimos años, presentando por lo tanto potencial de apreciación. El euro, por el contrario, acumula una apreciación de en torno al 50% respecto al dólar durante los últimos cinco años. A medio plazo consideramos que un nivel justo de equilibrio del tipo de cambio dólar/euro se hallaría en torno a 1,15 dólar por euro".

Para Juan Luis García Alejo, director de análisis y gestión de Inversis Banco, "el dólar vive sumido en un mundo de desequilibrios: por un lado se ve arrastrado a la baja por su déficit por cuenta corriente y público y por la, por lo menos ahora, menor demanda para financiar nuevas operaciones corporativas que, en la actualidad, se dan con mucha mayor fuerza en Europa; por otro se ve, sin embargo, fortalecido por una demanda que recibe de países como Japón que busca tipos de interés nominales altos... Todo ello hace prever que, a corto plazo, la divisa norteamericana no se fortalecerá salvo si la economía estadounidense crece por encima de lo esperado o si la Reserva Federal, frente a todo pronóstico, vuelve a subir los tipos de interés oficiales. A medio plazo debería colocarse entre niveles de 1,30-1,35 dólares por euro lo que hace desaconsejable, por el riesgo de depreciación que conlleva, que se tomen posiciones de inversión en la divisa norteamericana al ser más alta la posibilidad de acumular pérdidas que de registrar ganancias".

Factores de riesgo

"En el muy corto plazo", explica Rosa Duce, economista del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, "veremos a la divisa norteamericana moverse en la banda de 1,25-1,30 dólares por euros. En doce meses, podría, sin embargo, llegar a negociarse entre 1,30 y 1,35 dólares por euro, siendo este último nivel mucho más probable. Los factores de riesgo: importantes déficits y un diferencial de tipos de interés con tendencia a estrecharse vuelven a tomar protagonismo".

En estas condiciones y teniendo en cuenta que los mercados de valores registran un comportamiento positivo "resulta más adecuado tomar posiciones en títulos europeos que no americanos, debilitados por la evolución del dólar. En renta fija, a pesar de que los tipos de interés nominales son más altos en Estados Unidos, el diferencial puede que no cubra esta posible depreciación. Se dibuja como lo más rentable la toma de posiciones en títulos de renta fija emitidos por países emergentes (especialmente los asiáticos) en moneda local: no sólo su cupón es más elevado sino que la posibilidad de que sus monedas se revalúen parece cada vez más real".

Por último, Antonio Villaroya, director de estrategia de renta fija de Merrill Lynch, mantiene que "el dólar frente a todo pronóstico parece estar manteniéndose en niveles cercanos a 1,25 y aún puede que, a corto plazo, siga haciéndolo. ¿Las razones? Por un lado, el hecho de que las bolsas siguen comportándose de manera positiva (si fueran inestables, el dólar se depreciaría) y, por otro, que desde Japón siguen demandándose inversiones en dólares que compensan con creces sus bajos costes de financiación. Como el riesgo de que esta situación se deteriore porque la economía nipona mejore y obligue a subir tipos, porque el consumo norteamericano se vea afectado por la situación actual a la baja del mercado inmobiliario o porque los mercados de valores rompan su trayectoria alcista, hoy por hoy tomar posiciones en euros se perfila como una inversión más atractiva".

Depósitos y Bolsa

La que fuera vieja máxima según la cual "dólar a la baja equivalía a bolsas europeas a la baja" parece haber pasado definitivamente a la historia. Hasta 2003, el tipo de cambio dólar/euro mantenía una alta correlación con el comportamiento de la renta variable europea, española incluida. Desde entonces, esta tendencia ha quedado rota. El año 2006 es un buen ejemplo, mucho más si se analiza el Ibex 35 que si la comparación se lleva a cabo con el Eurostoxx 50, principal indicador del mercado europeo. La referencia española acumula desde principios de año una revalorización superior al 23% mientras que el dólar ha perdido en torno a un 5% de su valor. Los expertos creen que, pese a que a algunas empresas españolas la futura y previsible depreciación de la divisa norteamericana podría afectarles negativamente en su cuenta de resultados, es, al menos a corto plazo, improbable que les toque en sus cotizaciones bursátiles.

Es cierto que los tipos de interés nominales en Estados Unidos son más elevados que en Europa y más concretamente en España. A muy corto plazo (un mes, por ejemplo), sin embargo, la oferta de depósitos en euros es significativamente más rentable: los particulares tienen a su alcance imposiciones a un mes a tipos que, en muchos casos, alcanzan el 6%, 7% e incluso el 10%.

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