El pasadizo de Colón será un centro de información turística en abril
Las obras para peatonalizar la cuesta de Moyano comienzan en diciembre
El pasadizo subterráneo de la plaza de Colón, que servía de paso peatonal entre las calles de Goya y Génova y que, durante años, fue usado como hogar por indigentes, comenzará a ser desmontado el próximo diciembre para convertirse en un centro de información turística. Será una "calle cubierta" con un gran lucernario -por el que entrará la luz y el agua de lluvia- y puntos de venta de libros, guías y entradas. También en diciembre comenzará la peatonalización de la cuesta de Moyano. Ambas obras deben estar terminadas en abril de 2007.
El gobierno municipal aprobó ayer los dos proyectos de obra y el presupuesto para acometerlos: dos millones de euros para el pasadizo de Colón y 2,4 millones para la cuesta de Moyano. Ambos son planes ya conocidos: el de Colón no ha variado en nada desde que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, lo presentó en el verano de 2005. La única novedad es que, por fin, empiezan las obras. La peatonalización de Moyano sí incorpora modificaciones a petición de los libreros. Tanto un proyecto como el otro pertenecen al Plan Recoletos-Prado, pero son las únicas obras de ese plan que se harán en este mandato.
El nuevo centro de información turística y cultural de Colón será "la puerta de entrada al eje Prado-Recoletos", según Ruiz-Gallardón. Las obras consisten en demoler los locales comerciales del subterráneo (cerrados desde hace años) y transformarlos en puntos de información, áreas de exposición y proyecciones, una librería -que venderá catálogos y guías, pero también entradas para teatros, cines, ferias y exposiciones- y una zona de aseos.
El pasadizo -que mide 67 metros de largo y 12 de anchura- tendrá tres entradas de luz natural en el techo. El mayor de esos lucernarios, en el centro del subterráneo, será literalmente un agujero abierto en el suelo de la plaza de Colón (protegido con un murete para evitar caídas); por él entrarán la luz -que iluminará una lámina de agua y un pequeño patio- y la lluvia. Siza lo ha ideado como homenaje a los impluvium de las villas romanas. Desde dentro del pasadizo podrá verse, a través de esa ventana, la estatua de Cristóbal Colón (cuando ésta sea desplazada al centro de la plaza).
Los cuatro accesos del subterráneo cambian: la larga rampa de la calle Goya será sustituida por unas escaleras; en la acera de Génova se recuperarán las escaleras mecánicas y se instalará un ascensor transparente; y la rampa del bulevar central del paseo de la Castellana se mantendrá, aunque con un nuevo diseño.
La calle de los libros
También en diciembre comenzarán las obras de peatonalización de la calle de cuesta de Moyano, conocida como la calle de los libros por las 29 casetas de vendedores -principalmente de libros de viejo- que abren todos los días, llueve o nieve, desde 1925.
La construcción de una subestación eléctrica subterránea -que sustituye a la de la vecina calle Almadén, incendiada en 2004- obligó a trasladar las casetas de libros al paseo del Prado hace dos años; esas obras están a punto de terminar y ahora comienzan las definitivas para peatonalizar la cuesta. Así, en abril de 2007 los libreros volverán a su emplazamiento original: junto a la verja lateral del Jardín Botánico. La calle perderá sus dos carriles de tráfico y se convertirá en "una única plataforma sin bordillos ni resaltes destinada por completo al uso peatonal", dijo el alcalde.
El plan inicial del Ayuntamiento era reubicar las casetas en el centro de la cuesta para abrir una entrada nueva al Botánico. Pero los libreros se negaron y han ganado el pulso: las casetas se quedarán en el lateral. También han conseguido dejar un carril de tráfico restringido -cerrado con bolardos- para poder entrar con los coches a descargar libros. Habrá un carril-bici (que enlazará con el del Retiro) y 60 árboles nuevos.
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