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Blair cree que hay voluntad política para llegar a un acuerdo en Irlanda

El primer ministro británico, Tony Blair, mostró ayer su convicción de que hay "voluntad política" para llegar a un acuerdo que permita restablecer plenamente la autonomía de Irlanda del Norte. Así lo afirmó a su llegada ayer al Fairmont Hotel, en Saint Andrews (Escocia), cuyo salón Robert Louis Stevenson acoge las reuniones plenarias de las negociaciones que celebran desde anoche y hasta mañana, viernes, los principales partidos de Irlanda del Norte y los Gobiernos de Londres y Dublín.

Pese al optimismo de Blair, las posibilidades de que se llegue a un acuerdo esta misma semana parecen escasas. Así se desprendía, por ejemplo, de las declaraciones de la víspera del ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Hain, en las que daba a entender que lo máximo que espera de las reuniones de estos días es que se pongan las bases para alcanzar un acuerdo en reuniones posteriores.

Los Gobiernos británico e irlandés se impusieron meses atrás el 24 de noviembre como fecha límite para llegar a un acuerdo. En caso contrario, no sólo se suspenderá de nuevo la autonomía por completo, sino que se dejarán de pagar los sueldos de los miembros de la Asamblea de Irlanda del Norte. Aunque es difícil de creer para el observador ajeno a las peculiaridades del Ulster, el Gobierno autónomo está suspendido desde el 14 de octubre de 2002, pero los miembros de la Asamblea siguen cobrando sus salarios. La Asamblea está parcialmente restablecida desde el 15 de mayo de este año, pero con poderes limitados y el objetivo único de alcanzar un acuerdo que permita restablecer el autogobierno plenamente.

Competencias en seguridad

Para ello, el Sinn Fein debería comprometerse a apoyar a la policía de Irlanda del Norte, pero sólo está dispuesto a hacerlo si hay un compromiso para transferir al Gobierno autónomo las competencias en materia de Policía y Justicia y si el Partido de los Unionistas Democráticos (DUP) de Ian Paisley acepta formar Gobierno con ellos.

El DUP parece cada vez más cerca de aceptar eso, pero no está claro que Paisley vaya a hacerlo ahora mismo. Puede preferir mantener la crisis unos meses más con el argumento de que el Sinn Fein sigue de hecho sin apoyar a la policía y alegando que, aunque el IRA ha hecho grandes avances en su abandono de la violencia, algunos de sus miembros siguen lucrándose con actividades criminales.

El DUP parece dividido en dos corrientes. Los más pragmáticos quieren presentar la destrucción de los arsenales del IRA y el desmantelamiento de sus estructuras logísticas, de reclutamiento y de entrenamiento como una victoria de la presión del unionismo. Los más dogmáticos quieren ver a los republicanos arrepintiéndose públicamente de sus pecados y siguen rechazando el proceso de paz en sí mismo. "No estamos aquí para discutir o debatir con el Sinn Fein, sino para ver si cumple con sus obligaciones", declaró al llegar a Saint Andrews Paisley, cada vez más cercano a los pragmáticos y más lejos del dogmatismo.

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