Reencuentro histórico en el Camp Nou
Cataluña y Euskadi se citan esta tarde en un partido con un claro signo reivindicativo
Cataluña y Euskadi se encuentran hoy en el Camp Nou (18.30, TV-3) 35 años después de la lluviosa tarde de febrero de 1971 en que se vieron las caras por última vez. Fue en San Mamés y con la excusa del homenaje a Juan Gardeazábal, histórico árbitro español que pito en tres Mundiales: Suecia 58, Chile 62 e Inglaterra 66.
"Una persona extraordinaria", le recuerda el portero Sadurní, que no retiene tantos datos del encuentro como Estéfano, un centrocampista atípico en los años 70 en el Athletic. Destacaba por cuidar el balón y le gustaba más tocar que correr. En un San Mamés aún volcado con el fútbol testicular, visitaba con frecuencia el banquillo. Pero ante Cataluña fue titular. "Faltaban muchos jugadores, pues los internacionales habían jugado el día anterior en Cagliari, frente a Italia. Así que no jugaron Iríbar, Rojo, Uriarte o Arieta", cuenta Estéfano. Zaldúa, nacido en Elizondo (Navarra) y que al inicio de aquella temporada marchó del Barça al Sabadell, le da la razón: "Que recuerde, con Cataluña jugaron José Maria, asturiano; Amiano, navarro, y De Diego, que metió los dos. Jugó hasta un uruguayo, Pini. Y yo, que soy navarro". A Rojo II la memoria le vino vagamente "cuando ví el otro día una fotografía en la prensa de Koldobi [Etxeberria], capitan aquel día". No recuerda más, salvo que como delantero centro jugó el realista Ansola: "Chocar con él era como chocar con la Renfe". Estéfano, sin embargo, tiene el partido bien memorizado. Fue muy emotivo, por dos razones: "Para mucha gente fue algo más que un partido y, además, era el homenaje a Gardeazábal, que nos arbitraba cada semana los partidos entre titulares y suplentes". "Pitó Ortiz de Mendíbil, que era más del Madrid que Bernabéu", tercia Sadurni. Rifé, compañero en el Barça, insiste en otro aspecto: "San Mamés estaba repleto de ikurriñas. Me impresionó".
A Estéfano no se le escapa la trascendencia política y social de aquella cita al final de la dictadura, pero no ve más fácil que ahora se puedan oficializar las selecciones autonómicas. "Entonces estaba el Generalísimo, pero luego ha habido otros generalísimos recientemente", afirma. "Hay un sentimiento en Cataluña y en Euskadi por esa oficialidad, como lo había entonces, pero a mí no se me olvida que, cuando jugué en la selección española juvenil contra Austria, en San Mamés, estaba más firme que una vela mientras sonaba el himno. Una cosa son las sensaciones y otras las realidades".
Terminado el partido de 1971, los jugadores de ambos equipos se fueron a cenar juntos. "Hablé en catalán y en euskera", recuerda orgulloso Zaldúa, expectante ante el partido de hoy, al que acudirán el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el lehendakari. Juan José Ibarretxe. Los dos equipos posaron ayer para reivindicar la oficialidad de sus selecciones y para esta tarde se espera una fiesta reivindicativa en el Camp Nou con más de 70.000 espectadores. El encuentro, décimo en la historia -tres se produjeron en 1915, otros tres en 1916, uno en 1930, otro en 1931 y el último en 1971- se disputa por vez primera en una fecha señalada por la FIFA, circunstancia que le da carácter oficial, al tiempo que impide a los seleccionadores, Iríbar y Gratacós, contar con los internacionales que ayer actuaron con España.
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