Los caballos de Roca
El martes 26 de septiembre leí como de costumbre la columna que Rosa Montero publica en su periódico y, tras compartir con ella sus protestas por el maltrato a los animales, me alarmé al comprobar varias inexactitudes en su texto, en el que se acusaba a la Junta de Andalucía del abandono, por obra u omisión, de los caballos del señor Juan Antonio Roca.
Para su información debo aclararle, en primer lugar, que la custodia y alimentación de los caballos está a cargo de un administrador judicial, nombrado directamente por el juez encargado del caso, sin que este señor tenga nada que ver con la Junta de Andalucía, y por tanto el Gobierno andaluz no tiene ninguna competencia directa sobre los mismos.
Ahora bien, como responsable de la salud de los animales en la provincia de Málaga, he de indicarle que la Junta de Andalucía ha realizado en los últimos cinco meses tres inspecciones a la citada yeguada, comprobándose el buen estado general en que se encuentran los animales, situación que ha sido ratificada, entre otros, por el presidente del Colegio de Veterinarios de Málaga, Enrique Moya, y por la presidenta de la Asociación Santa María para la Defensa de los Derechos de los Animales, Concordia Márquez, que destacó que "los animales se encuentran en perfectas condiciones higiénico-sanitarias", como recogió el propio periódico EL PAÍS en su edición del 23 de septiembre.
Es cierto que de los 105 caballos de la yeguada hay cinco o seis enfermos y que han muerto tres "por causas atribuibles al natural funcionamiento de una explotación de estas características", según indican los informes veterinarios, pero, en este caso, la excepción no puede confirmar la regla, y menos puede servir para vapulear a una Administración que no tiene ninguna relación directa con el caso. Por último, si es de su interés, pongo a su disposición los datos y las fotos de las inspecciones realizadas a los caballos y que dan fe de mis palabras.
